Día 8

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- Terminamos, practica lo que aprendimos hoy y no olvides decirle a Draco que por esta semana nada de quidditch – acarició los rizos del pequeño pelinegro, el rubio observaba a través del cristal el dojo a nombre de Theodore, Severus era su único estudiante, el pequeño se veía adorable con su traje verde jade en vez del típico traje blanco, lo envolvió con un abrigo y lo alzó en brazos, besó las mejillas rojas y con diminutas pecas con cariño

- ¿Cómo te fue hoy?

- Muy bien, flexionamos los músculos y el sensei dijo que no podré entrenar por esta semana

- Comprendo, nada de quidditch por esta semana, ¿quieres ir a casa o quieres que te compremos algo?

- Yo... - la voz dudosa del niño le atrajo la atención, algo no estaba bien – no quiero nada

- ¿Seguro?, ¿no te gustaría una gran bola de helado? – de pronto el niño en sus brazos lloraba desconsolado, Theo se acercó de inmediato

- ¿Le duele algo?, te dije que no debería entrenarlo – el segundo Slytherin palpaba el cuerpo de Severus tratando de hallar algún músculo contraído

- ¿Dónde te duele Severus? – la voz preocupada descolocó a Theo, jamás oyó ese tono ser utilizado por el rubio, ni en momentos de crisis, pero el niño no respondió, solo lloraba desconsolado

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- No se trata de un simple evento señor Malfoy, Severus presenta ciertos traumas – habló la psiquiatra infantil, el semblante del rubio cambió a uno en alerta – Albus Severus se siente incómodo con su propio cuerpo

- ¿Cómo incómodo?, si lo que trata de decirme es que sufrió un abuso sea directa

- Tranquilícese por favor, lo que sucede es que no está orgulloso de su cuerpo, él cree que debería ser más fuerte, más en forma, como su hermano mayor, con quien al parecer se siente constantemente comparado, el mencionarle comprar helado lo llevó a concluir que irían a algún centro comercial, y una vez allí usted lo obligaría a comprarse ropa, el verse expuesto ante usted como débil fue lo que causó su crisis nerviosa, ahora está en manos de mi asistente, ambos juegan y se relajan coloreando; así que le pido que se tome un tiempo antes de verlo, quiero que sepa que usted representa una parte importante en su vida, el siquiera pensar en decepcionarlo lo hace colapsar, me gustaría que leyera esta guía en especial – un tomo de doscientas páginas ilustradas le fue tendido – además de que debemos programar una serie de citas para tratar y ver la evolución en cuanto a sus salud mental

Pagó los honorarios en recepción y se compró un café enlatado de la máquina del edificio, se sentó a meditar unos segundos antes de caminar lentamente al área de juegos, observó a Severus reír mientras lanzaba pelotas a una chica adolescente, la dichosa asistente, en cuanto el pequeño ojiverde lo vio corrió en su dirección abrazándose a sus piernas

- Lo siento mucho señor Malfoy – se disculpó ocultando el rostro, tiró la lata vacía y cargó en brazos a Severus

Al llegar a la madriguera, subió los escalones directo a la habitación del pequeño, se recostó junto a él acariciando su cabello observándolo atentamente

- ¿Sabes? – comenzó – hoy en la tienda me topé con un muggle estúpido, realmente me hizo enfadar, todo el tiempo cuestionaba si yo era un experto, me hizo explicarle cada uno de los ingredientes de la poción en cápsulas para al final no comprarla, juro que hubiera saltado la barra del mostrador para darle un puñetazo, pero me contuve, me sentí tan molesto, robó dos horas de mi tiempo, ¿también te enfadaste hoy?

- Si – contestó tímido – me enfadé porque no pude hacer las flexiones que el sensei me pidió, mis piernas me dolían mucho cuando intentaba imitar la posición y comencé a temblar, sensei dijo que paráramos... seguro que James hubiera podido hacerlo si quisiera

- ¿En serio?, yo jamás podría hacer lo que hiciste hoy

- ¿Qué cosa?

- Por Merlín, cuando Theo hizo que lograras un split, casi me desmayo de la impresión, yo jamás podría hacerlo, me rompería la cadera de solo pensarlo

- ¿Crees que eso fue impresionante?

- Claro que lo fue, demonios yo realmente grité internamente cuando lo hiciste – acarició las esponjosas nubes de cabello – tienes unos músculos impresionantes

- Yo... no los tengo

- Te digo que así es, tus músculos son enormes, ¿quieres un masaje?, seguro que te cansaste por flexionarlos así – el ojiverde asintió, Draco tomó un poco de crema corporal del tocador de Severus y la calentó entre sus manos mientras masajeaba las pequeñas plantas de los pies

- Theo dijo que lo hice muy bien, que soy su mejor alumno

- Claro que lo eres, Theo sabe que lo eres – el rubio comenzó un ataque de cosquillas, Severus reía sonoramente mientras se retorcía tratando de liberarse

- Bas-ta, por-favor – gritaba entre carcajadas – papi por favor de-ten-te

Las cosquillas cedieron de golpe, los ojos de Severus se cerraron con fuerza mientras lloraba

- No quise decirle eso señor Malfoy – susurraba entre sollozos

- Llámame como quieras, mi... mi Severus





























Listo, ahora era personal.

Pequeña Mierda HARCOWhere stories live. Discover now