|NUNCA DIGAS ADIÓS|

[5]

.UN MUNDO LLAMADO «MICHAENTINA».

- ¿Por qué lo hiciste? - susurra la rubia con la mirada perdida en el suelo.

- Porque te amo.

- Mike...

El castaño la toma suavemente de la barbilla y hace que la mire fijamente, le sonríe con dulzura para luego quitar una lágrima que uno de los ojos azulados de ella, había dejado caer.

- Te dije que me sentía incompleto, que me faltaba algo para poder ser feliz y hace poco descubrí qué era ese "Algo", que me faltaba. ¿Y sabes qué es? Eres tú - Valentina sonríe mientras nuevas lágrimas salen de sus ojos - tú me completas Valentina. Tú has hecho que mi risa perdida vuelva a mí. Tú eres la culpable de que yo haya vuelto a reír - ambos ríen con tristeza - te amo como nunca imaginé amar a alguien. Es más, yo ni creía en el amor pero con tan solo conocerte, cambié de opinión en cuestión de segundos. Te apoderaste de mi corazón por completo. Amo ver mi reflejo en ese par de ojitos tan hermosos. Amo tu sonrisa. Amo hacerte reír. Eres tan hermosa que siento que cada día me enamoro más de ti - acorta distancia - Valentina eres la mujer de mi vida. Eres el amor de mi vida...

- Mike...

- Yo sé que también sientes lo mismo que yo. Lo puedo sentir bonita.

La rubia se aleja.

- Esto no puede pasar...

- ¿Acaso tiene algo de malo que nos amemos?

- ¡Claro que lo tiene! - lo encara con los ojos llorosos - Michael...tú tienes esposa, yo tengo esposo...esto no puede ser posible. Nosotros no podemos tener nada porque...

- ¿Y qué hago con el infinito amor que siento por ti? - interrumpe mientras lágrimas caían de sus ojos - ¿Cómo le digo a mi corazón que deje de latir por ti? ¿Cómo le digo que te olvide? Dímelo Valentina.

- ¿Por qué tiene que pasar todo esto Michael? Tú dijiste que no buscara el amor después del matrimonio y ahora míranos donde estamos.

- Si lo hubiera sabido, jamás hubiese permitido que te casaras con Ruggero. Te hubiese pedido que huyamos juntos...

- ¡Reacciona Michael! En ese tiempo tú ya estabas casado y tenías un hijo.

- Tú sabes muy bien que nunca he sentido nada por Ana.

- Pero tienes un hijo con ella...

- Si pero...

- Pero nada Mike - sentía tantas ganas de romper en llanto - no podemos intentar algo porque si lo hacemos, es ese pequeño, quién saldrá más dañado de todo esto. No podemos hacerle eso Mike. No puedes hacerle eso a tu hijo.

- Él entenderá...

- Está muy pequeño...

- Yo sé que...

- Porfavor deja de pensar en nosotros y piensa en tu hijo - seca sus lágrimas - además, yo no puedo dejar a Ruggero.

- ¿Por qué? Si tú no lo amas, a quién amas es a mi - responde con cierto fastidio.

- No soy capaz de hacerle daño. Jamás me perdonaría verlo sufrir por mi culpa.

- ¿Y a mí si quieres hacerme sufrir?

- No y es por eso que debemos decirnos "Adiós".

- ¿Qué estás diciendo?

- Será lo mejor Michael. Nosotros nos acercamos con el fin de salvar nuestros matrimonios pero en ese acercamiento, nació...