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S E P T I E M B R E .


~ Al día siguiente ~

— ¿Adivina que tengo planeado hoy? — suspira sin dejar de sonreír.

— Pues...— sonreía a su alrededor y se detiene detrás de él. Sin pensarlo da un pequeño brinco y se cuelga por la espalda del chico — no sé, dímelo.

El castaño aprovecha en sujetar las piernas de la rubia y así colocarlas alrededor de su cintura.

— Estás muy pesada, bonita.

— ¿Acaso me estás diciendo gorda? — toma las mejillas del chico y las comienza apretar con suavidad — repítelo otra vez.

— Oye, eso duele — se queja entre risas — si sigues haciéndolo, no te diré lo que tengo planeado para hoy — amenaza y la rubia se detiene — así, me gusta.

— Ya dímelo.

— ¿Realmente quieres saberlo? — Valentina asiente con la cabeza — muy bien, entonces agárrate muy fuerte.

— Mike...

Deja de hablar, al ver como el castaño empezaba a correr a toda velocidad. La rubia un poco asustada, se aferra un poco más al cuello de Michael.
Este sonreía y disfrutaba la calidez de los brazos de la rubia, envolviendo su cuello.

— ¡¡YA LO SÉ!! — grita con fuerza.

— Mike...

— ¡¡ES ELLA QUIÉN FALTABA EN MI VIDA!!

Valentina sintió nuevamente como miles de cosquilleos explotaban en su vientre y es que, únicamente siente eso cuando tiene a Michael a su lado.
Michael sonreía como nunca antes lo había hecho y Valentina lo observaba con los ojitos totalmente brillosos.

De un momento a otro, el castaño pierde el equilibrio y ambos caen sobre la arena. Michael protege a la rubia y esta cae encima de él.
Ambos nuevamente, sus rostros se encontraban a milímetros de distancia. El castaño coloca un pequeño mechón rubio detrás de la oreja de la ojiazul para que así no haiga ninguna intervención en poderse ver reflejado, en los hermosos pares de ojos azulejos, de su rubia favorita.

— Eres tan hermosa — susurra con la mirada fija en ella — yo creía que lo perfecto no existía pero veo que estuve muy equivocado porque tengo al ser más perfecto frente a mis ojos — con las yemas de sus dedos empieza acariciar suavemente las mejillas rojas de Valentina — ¿Por qué cuando te miro, me atrapas por completo? ¿Por qué ahora mismo mi corazón amenaza en querer salirse de su lugar? ¿Por qué cuando estoy contigo, explotan miles de emociones y sentimientos que jamás en mi vida he sentido? ¿Acaso...es esto amor?

Susurra con suavidad y acerca lentamente sus labios a los de ella. Valentina por impulso, cierra los ojos y también acerca el rostro.
A pocos centímetros de que sus labios se encuentren por primera vez, con sus corazones latiendo como locos...tan cerca de besarse, cuando de pronto; el sonido del móvil de la rubia hizo que todo ese mágico y especial momento se rompiera.

Michael maldijo por lo bajo para luego sonreír frustrado.

— Es...papá — avisa la ojiazul.

Antes de responder la llamada, la rubia se pone de pie y se aleja un poco de Michael, dejándolo sentado en la arena.

— Hola papá — era Fausto — sí, ya salí de clases y...¿Mañana? Eh...no, no lo olvidé. Sí...— no le gustaba mentir, mucho menos a la persona que considera como un padre — tengo algo en planes. No te preocupes...okey, te quiero también — cuelga —
¡Rayos! — se golpea la frente — ¿Cómo pude olvidarlo? — se reprocha a sí misma.

|NUNCA DIGAS ADIÓS|Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ