Capitulo 2.
Al huir, ella no podía creer lo que veía.
¡Un golpe de estado y era Raytan!.
Fue realmente increíble. No había salida.
Debieron haber sido los asesinos enviados por Raytan los que vinieron a su palacio y mataron a las criadas y sirvientes. Sin suerte de su lado, Sezh habría muerto allí también. Pero Sezh pensó que era un poco injusto.
Era seguro decir que todos en el palacio sabían sobre su plan porque era un secreto a voces que Raytan era intimidado.
Lo mismo le sucedió a Sezh, ella también fue intimidada.
Pero Sezh nunca había estado involucrada en el acoso.
Por ejemplo, cuando los hermanastros y los hijos de los nobles que sabían que Raytan estaba dentro de la biblioteca, prendieron fuego al lugar. Cuando lo empujaron al lago mientras estaba caminando, o cuando arrojaron una piedra tan grande como un puño, donde la parte posterior de su cabeza terminó sangrando mucho...
Sezh realmente no hizo nada.
Por supuesto, no pudo evitarlo.
Porque no tenía poder para hacerlo...
Hablando francamente, el trato que recibieron Sezh y Raytan en el palacio imperial no fue muy diferente.
Raytan fue intimidado severamente porque dijeron que estaba maldito, pero Sezh tampoco estaba en una buena posición.
En primer lugar, fue por Yerena.
Nunca le había dado amor a su hija.
La razón era simple, Sezh era una mujer.
"Todo es tu culpa. Si no fuera por tí, no estaría viviendo así. ¿Por qué eras una mujer?. ¡Una mujer!".
Eso es lo que ella solía decir.
El príncipe y la princesa que nacieron de otras concubinas también ignoraban a Sezh.
La abofeteaban solo porque sus ojos se encontraban con los de ellos.
Los hijos de las concubinas tenían una familia fuerte como respaldo y Sezh estaba en una posición diferente desde el momento en que nació.
Incluso Yerena ni siquiera trató de proteger a Sezh, por lo que nadie tenía miedo de ser malos con ella.
Sezh recibió un hombro frío y Raytan fue tratado como un montón de basura.
Estaban en la misma posición, como camaradas en una batalla.
Estaba en problemas y no estaba en condiciones de ayudar a Raytan, quien estaba siendo intimidado y no podía darse el lujo de prestarle atención.
Hubiera sido lo mismo para Raytan si la hubiera visto intimidada.
Cada vez que veía a Raytan siendo intimidado de vez en cuando, Sezh solo decía esto.
'Oh, es mi turno mañana'.
Y sin duda, las conjeturas de ella siempre eran correctas.
Sezh solo pensó en una cosa.
"¿Cómo puedo salir de este infernal palacio imperial?".
Salir del Palacio Imperial era su único objetivo.
Así que, en secreto, recolectó algunas joyas en las que Yerena perdió interés y se excusó.
Había estado intentando varias veces, en secreto pedirle al emperador, que tal vez no conozca la edad de su hija menor, que la dejará salir del palacio.
Por supuesto, si hubiera sabido que Raytan haría su golpe de estado, habría salido del Palacio Imperial lo antes posible...
"Te ves muy ocupada".
Sezh, que había estado corriendo sin parar, se mantuvo firme.
Se le encogió el corazón al escuchar la voz a sus espaldas.
Estaba tan rígida como una piedra, volvió la cabeza lentamente.
Ella miró a Raytan que estaba detrás de ella.
Sus ojos se veían más rojos hoy, como la sangre roja que cubría su rostro.
"Hola, Sezh".
"Ra-Raytan Orabeoni...". (*Nota: "Oraboni" es la versión formal de "Oppa". En webnovels, manhwas y K-Dramas históricos podremos escuchar/leer este y muchos más honoríficos por ejemplo cuando si en una familia emplean el jondaemal, (Formalidad), para hablar entre ellos).
"¿A dónde vas?".
¿A dónde iba ella?.
Estaba ocupada huyendo...
Las manos de Sezh temblaron al verlo.
Raytan la miró y comenzó a acercarse lentamente.
Cuando Raytan estuvo suficientemente cerca de ella, oyó algo goteando.
Era sangre... Sangre.
La sangre roja oscura que caía de la punta de la espada afilada en su mano.
¿De quién era esa sangre?. Los rostros de innumerables personas se precipitaron rápidamente en su mente.
Sus hermanastros que constantemente intimidaban a Raytan, su madre, el Emperador que lo arrojó a la guarida de leones o la gente del palacio imperial que se atrevió a ignorar a Raytan, la familia real y los nobles.
Sezh pensó mientras miraba la sangre que goteaba sin conocer al verdadero dueño de esta.
Es su turno esta vez.
Sezh lo miró con miedo.
"Her-Hermano...Yo...".
"¿Que pasa contigo?".
"¿Me vas a matar?".
"¿Qué piensas?".
"Yo, no lo sé ... Pero no tengo malos sentimientos hacía tí".
Sezh no pudo continuar con sus palabras.
En cambio, su cabeza fue cortada en un instante y cayó con un sonido sordo, haciendo un fuerte ruido en el pasillo.
Raytan sacudió la espada para deshacerse de la sangre con una cara extraña.
Luego levantó la cabeza de Sezh que estaba rodando por el suelo.
Mientras sostenía su brillante cabello rubio, Raytan miró la cara de Sezh, como si fuera aborrecible, su expresión se endureció.
"...Maldita rubia de mierda... No eres solo tú, Sezh. Mataré a cualquiera con cabello rubio, a todos ustedes".
El cuello cortado de Sezh rodó como un trapo.
Raytan miró fijamente la cabeza de su hermanastra, sin expresión alguna comenzó a caminar sin vacilar.
Todavía le faltaba demasiada gente por matar.
"...."
Por encima de los ojos azules sin vida que estaban aflojando su fuerza vital, solo la espalda de Raytan se reflejaba con claridad.
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