Capitulo 37

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P.O.V Jared

Termino de sustentar y sonrío al escuchar los aplausos de mis compañeros, gracias a Dios todo salió bien, él me dio la ruta y pude terminarlo.

—Excelente Jared, te felicito de verdad — me dice y yo sonrío — Chicos, nos vemos la próxima clase y quiero que se preparen los que deben sustentar la próxima, Jared les ha puesto el nivel muy alto así que espero cosas como esas — dice el maestro.

—Sólo tuya es la gloria y la honra señor — digo con una sonrisa.

—Jared, tenemos un semillero, con este semillero durante los semestres más avanzados los enviamos a diferentes empresas para que comiencen a vivir lo que es eso, así que, si continúas cómo vas, espero verte ahí, será un honor para mí — dice y yo le sonrío.

—Muchas gracias maestro, tenga usted un buen día, Dios lo bendiga — le digo y él sonríe para después salir.

Debería llamar a Kattia y contarle que todo esto fue un éxito. Busco mi celular en los bolsillos, pero recuerdo que se lo di a ella buscando no desconcentrarme. Salgo del salón y comienzo a caminar en dirección a mí siguiente clase, esta la comparto con Alilay, me desvío para poder comprar algo de comer porque tengo hambre.

—Hola

—Jared querido — me saluda la mujer. Hay un montón de cafeterías aquí, pero yo siempre vengo a la misma así que ellas rápidamente se aprendieron mi nombre.

—¿Me regalas un picadillo de frutas? — pido y ella asiente, lo toma y me lo entrega, le pago. —Muchas gracias, tengan un bendecido día — digo y camino de regreso al salón.

Alilay está justo fuera de este dándome la espalda así que comienzo a acercarme por la espalda.

—¿Aceptas? — dice y yo la toco por detrás por lo que ella suelta un grito y se gira viéndome impresionada. Yo le sonrío y ella me mira a mí y luego a su celular, a mí y su celular y corta la llamada. —Jared, justo estaba llamándote. ¿Dónde está tu celular? — me pregunta.

—Se lo di a Kattia — digo con la boca llena de frutas. —¿Quieres? — le pregunto y ella toma algo de fruta.

—Oye, hay algo de lo que quiero que hablemos cuando terminemos la clase — me dice y yo asiento con la cabeza.

—Pero será en mi casa porque quedé entregarle algo a un tío y es cuando esta clase termine — le digo y ella me sonríe.

—Si tú quieres puede ser — me dice y yo tomo asiento.
Termino de comer el picadillo y el maestro empieza con la clase.

Anoche fue hermoso, estoy acostumbrado a levantarme entre dos y tres de la mañana a orar, sigo la recomendación que me dio Allen. Y anoche fue algo precioso, el Espíritu estaba en mi cuarto de oración, tan real como sólo él puede serlo, me hizo llorar y me hacía muy feliz, porque me recuerda que soy amado, me recuerda lo importante que soy para él. Yo no puedo cambiar esta vida por nada en el planeta tierra ni fuera de él, la presencia de Dios es tan real, Dios es tan real. Y lo podía sentir ayer cuando me decía que no me preocupara por lo que pudiera pasar, me decía que él tenía el control de todo, dijo que él había oído mis oraciones y además las oraciones e Lilly, que Kattia estaría de este lado sirviéndole. Yo lloré sintiéndome feliz, no sé él qué está haciendo en la vida de mi esposa, pero sé que está haciendo algo y creo, probablemente Allen está trabajando con ella en el hecho de aceptar los planes de Dios.

Salimos del salón en cuanto la clase termina y comenzamos a caminar hacia el edificio.

—¿Qué es eso tan importante que tenías por decirme Alilay? — le pregunto a mi acompañante y ella suelta un suspiro.

Give Me Faith © | Novela CristianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora