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8. Reglas

Una corriente de aire se estrelló contra los cuerpos de ambos. La coreana sintió un escalofrío recorrer su espalda, el frío estaba incrementando considerablemente.

JiHyo quiso pedirle a Kang que sostuviera su termo por un momento, sólo un corto lapso de tiempo en lo que se ponía su gabardina. Pero no lo hizo.

No lo hizo no porque no tuviese frío, sino porque había caído en cuenta de que el chico traía puesta una camiseta de mangas cortas que no lo protegía siquiera un poco del terrible clima, la chica notó cómo la piel de sus brazos estaba completamente erizada. El pobre chico frotaba ambas palmas sobre sus brazos intentando darse algo de calor. JiHyo sonrió ladinamente y estiró su brazo hacia el muchacho.

Kang se sintió tan golpeado por su pequeña sonrisa que  no se percató  inmediatamente de esa acción por su parte.

-¿Qué ocurre? -quiso saber.

-Toma mi gabardina, hace frío hoy -la chica estiró mucho más su brazo hacia él.

-¿Qué?... no, ¿qué hay de ti?, úsala tú, no me gustaría que te enfermaras.

-Tómala -insistió -Estoy mil veces mejor abrigada que tú, no te preocupes por mí, estoy bien.

Daniel negó -Pero no me quedará de todas formas.

-Nunca dije que debías usarla de esa manera, claramente no te quedará si quieres usarla correctamente bobo.

Kang elevó ambas cejas ante eso último, JiHyo soltó una ligera risilla.

-Lo siento -se disculpó de inmediato. Daniel negó restándole importancia -¿Podrías sostener esto un segundo? -JiHyo le ofreció su termo.

El chico la miró dudoso, pero agarró el vaso rápidamente. JiHyo tomó su gabardina con ambas manos y la sacudió un poco puesto que estaba algo arrugada. Luego miró a Daniel con una sonrisa.

-Te la pondré yo misma, ¿de acuerdo? -ella abrió los ojos con una chispa de súplica en su mirada, Kang asintió rendido -¿Te podrías agachar un momento?

El coreano sonrió ante el pedido de la chica. No lo había analizado en un principio, hasta ahora notaba que JiHyo era considerablemente bajita. Su altura sólo la hacía lucir mucho más tierna. Ni siquiera con las zapatillas que traía puestas podía ganar mucha estatura. Eso le pareció adorable.

Flexionó las rodillas hasta quedar a la altura de JiHyo, los dos se miraron por un momento, la coreana le sonrió mientras colocaba la gabardina sobre sus hombros, con las llemas de sus dedos siguió el camino de botones que esta tenía y se aseguró de cubrir bien los brazos del chico.

Frotó ligeramente ambos laterales de su cuerpo para brindarle algo de calor instantáneo. Daniel sonrió ante su dulzura. Por último JiHyo acomodó el cuello de la gabardina, Kang regresó a su altura normal y le ofreció el termo a la coreana para que lo tuviera de nuevo. Pero JiHyo se negó a tomarlo.