3. La boda

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JiHyo abrió la puerta de su departamento y suspiró agotada luego de cerrarla

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JiHyo abrió la puerta de su departamento y suspiró agotada luego de cerrarla. Había sido un largo día.

Dejó las llaves y su celular sobre la barra de la cocina para luego abrir el refrigerador, estaba muy hambrienta, al final Momo se había comido todas las papas ella sola. No le había dejado ni una, siempre era lo mismo con su amiga.

Hyo suspiró con frustración, no había hecho las compras desde hace días, no había tenido tiempo, bufó al no encontrar nada apetitoso que cenar.

Analizó de nuevo el escaso contenido en su nevera y tomó una lata de crema batida junto a un tazón con fresas. Sonrió de lado y luego con su pie empujó la puerta del electrodoméstico.

Comenzó a subir las escaleras y una vez arriba miró a su alrededor e hizo un puchero al ver su ropa hecha un desastre. Tampoco había tenido tiempo suficiente para lavar. Vivir sola era más difícil de lo que creía.

Se acostó de espalda sobre su cama y llenó todo el tazón con una cantidad exagerada de crema batida. Con sus dedos índice y pulgar metió la primer fresa a su boca. Cerró ambos ojos y siguió comiendo más fresas.

-Sería mejor si tuvieran chocolate -balbuceó la coreana a la vez que lamía sus dedos para quitar los restos de crema -Mil veces mejor -asintió terminando de comer.

Puso el plato sobre su mesita de noche y después se inclinó hacia un lado para tomar su mochila. Se sentó con las piernas cruzadas.

-¿Por qué justo hoy tenían que encargar tarea? -habló molesta a la vez que sacaba un par de cuadernos y los ponía al frente sobre su cama.

JiHyo abrió una de las libretas y luego empezó a hurgar en su lapicera para encontrar una pluma color rosa. El sonido de su tono de llamada la hizo sobresaltar y al mismo tiempo arrojar todos sus útiles al piso. Frunció el ceño molesta por lo que había hecho.

-Hoy no es mi día -hizo una trompetilla.

Se levantó de la cama y empezó a buscar su móvil por todas partes. La llamada se cortó antes de que lo encontrara.

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