17. ʟᴏᴠᴇ ᴡɪʟʟ ᴛᴇᴀʀ ᴜꜱ ᴀᴘᴀʀᴛ

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"...Es solo que algo tan bueno, ya no puede funcionar más..."

6:04 am

Las gotas caían sobre su cuerpo mientras masajeaba su cabeza suavemente. Sangre salía por su nariz pera joven no lo notaba, hasta que miro el piso de la ducha y salió de inmediato del agua. Colocó una toalla alrededor de su cuerpo, tapó su nariz con un poco de papel y se miró al espejo pensando que tenía algún tipo de enfermedad rara. Seco todo su cuerpo y sacó sus pastillas de la estantería. Al salir del departamento se dirigió a la playa para poder ver aquel amanecer que tanto le gustaba. Tomó un sorbo de su jugo y caminó por las calles hasta que se encontró con aquella arena cálida. Sentía que vomitaría en cualquier momento, pero no sería correcto ponerse de esa manera por solo un encuentro.

El sonido de las olas chocar, las aves rondar y por último el viento golpear su piel daban un aura agradable. Isis toda su vida le tuvo miedo al océano por lo extenso y profundo que era, aunque siendo honestos, ¿A qué mierda no le temía la pecosa?

Acomodo sus pantalones hasta sus rodillas y se quitó sus botas para poder caminar por las orillas de la playa. Se colocó sus audífonos y dejó que la música invadiera su vida imaginando escenas sobre su primer encuentro después de años. Por otro lado, Jotaro se encontraba sentado cerca de las escolleras viendo las olas chocar contra las rocas. Aunque siguió con su vida aparentemente normal, en su interior se instalaba un vacío profundo después de que dejó de recibir llamadas y cartas de la persona a la cual le había entregado su corazón por primera vez, pero eso no lo estaba mortificando, si no haber cometido traición.

El mes pasado en una borrachera le hizo perder la cordura con la única chica que no consideraba escandalosa: Anne Valensi. Claro que es de esperarse que encontrar a Jotaro en su departamento borracho era un arte el cual te gustaría presenciar, pues aquellos ojos azules se vuelven más intensos y su fachada educada y compuesta se desmorona poco a poco, pues todas las emociones que reprime salen a superficie. En aquel estado lo que más desea el moreno como ningún otro es el buen sexo, y claro que la pelirroja no se negó. Ahora su mente estaba llena de caos, no pensaba correctamente y lo que menos quería era sentirse perdido. El humo del cigarro seguía el curso del viento mientras él hacía pequeños halos que desaparecen en cuestión de segundos. Pero el desastre aún no llegaba a él, después de todo el amor lo destrozó por primera vez.

"...Gritas en sueños, todos mis fracasos al descubierto, y queda un sabor en mi boca, mientras la desesperación se enraíza en mí..."

A lo lejos vio a aquel chico sentado sobre la arena con un cigarrillo en manos, su corazón comenzó a saltar como loco. Una sonrisa involuntaria salió de sus labios, se veía tan diferente a lo que recordaba: el color blanco le quedaba bien. Camino lo más rápido que pudo para acercarse a Jotaro, pero se detuvo en seco al ver a una pelirroja tocar su hombro. Su emoción se desmoronó al verla acercarse a Kujo con un vaso de café en la mano. Él le regaló una de esas sonrisas que siempre le mostraba cada vez que algo le agradaba. Sus manos comenzaron a sudar y mordió su labio tratando de no producir algún ruido. Un nudo se formó en su garganta al ver esa escena. Con todo su corazón esperaba que no fuera así, pero los celos la habían invadido por completo, era una sensación rara y nueva para la británica, después de todo, Jotaro no era ese tipo de hombre que regala sonrisas a todas las chicas con las cuales se atraviesa.

Se dio media vuelta y caminó dispuesta a irse a casa, pero en el momento en que retrocedió aquella canción apareció en su walkman. La voz profunda de Ian Curtis invadió sus oídos sacando algunas lágrimas de sus ojos cafés. Al llegar a casa se lanzó sobre su cama y lloró desconsoladamente, odiaba sentirse de esa manera, y tal vez exageraba, pero esa sensación la hacía sentir los placeres de una persona normal.

Al llegar a la universidad tenía la cabeza baja y la sonrisa caída, sus párpados se veían inflamados y el nudo en su garganta aún existía en ella. Camino con dificultad por los pasillos con un bastón en mano, después de todo, no podía caminar del todo bien en algunas ocasiones.

—Ciaoooooo- hablo la de cabellos negros detrás de Isis. Alzó su mirada y le mostró una sonrisa forzada a la italiana. Donia por su parte sospecho de lo que pasaba, pues por la mañana Anne había desaparecido de aquel departamento que compartían junto con Juliet.—¿Quieres hablar sobre...

—No me sientas lastima por mí Verneuil.- habló la británica. Soltó un suspiro y ambas siguieron caminando.

—Para nada.

Tomó la mano de la británica y entrelazo sus dedos. Caminaron por aquellos pasillos mientras miradas se posaban en ellas, era un poco extraño ver a dos chicas atractivas tomadas de las manos, pero que esperarse, son los 90's.

—y... ¿Has pensado en conocer gente nueva?- la castaña alzó una de sus cejas y bufo ante la pregunta. Claro que no lo había pensado, solo tenía ojos para una persona y a su parecer esa persona ya había encontrado a alguien más. — Bueno, lo intente...

—La pelirroja con la que estaba es realmente bella, su piel parecía de Marfil.-

—No puedo negarte la belleza de Anne, tiene chicos y chicas detrás de ella, pero vamos, no seas así de celosa, ve de esta manera algún tipo de ser lo alejo de ti porque realmente no es quien te mereces en esta vida, siéntete agradecida.-

—Vaya, mágicamente perdí el interés.- dijo con sarcasmo haciendo reír a Donia. Volvió a poner su rostro serio y su mente comenzó a divagar.

Levantó su vista y observó a Jotaro con su bata blanca y gorra del mismo color a algunos metros delante de ella estaba con la misma chica de la mañana teniendo algún tipo de plática. Los celos hicieron carcomer su interior haciendo que su stand apareciera sin que ella lo pidiera. El clima comenzó a cambiar repentinamente con una tormenta eléctrica. Isis notó aquel cambio y se tranquilizó haciendo que todo volviera a la normalidad.

—Que mierda acaba de pesar.- se dijo así misma.

Caminó rápidamente por el pasillo poniendo ambas manos al costado de su cabeza analizando la situación y accidentalmente empujó a la chica con la que Kujo estaba.

—Lo siento.- logró decir antes de desaparecer.

Esa voz llamó la atención de Jotaro haciendo que mirara perdidamente a la extraña que había pasado a su costado hace algunos segundos. Hizo a un lado a Valensi y camino rápidamente en busca de aquella chica.

DIRTYHARRYY.

➸Hidden Place •●• Jotaro KujoΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα