Capitulo 22: Efectos colaterales.

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En un lugar en penumbras solo con una tenue luz iluminando una zona donde aparecia la figura de una mujer, sentada. Ella tenia la mirada perdida ya que a su alrededor no habia nada, el ente estaba triste ya que en su interior, seguir rompiéndose poco a poco, por momentos escuchaba la voz de alguien ella consideraba que era como su angel, ya que ese tenue sonido calmaba su ser.

La bruja estaba sentada, pensando que podia haber mas alla, que cubria la oscuridad que se escondia en ese interior, esa voz se escuchaba dulce, en ocasiones habia mas voces, pero esa era diferente era como si la llamara solamente que se negaba a salir de ese espacio no quería ir a la luz, ya que temia a la oscuridad que la rodeaba.

Si ella tenia miedo, de no saber que encontraría, temia caminar por lugares desconocidos, quería  saber a lo que se enfrentaba, siguió encondida dentro de su mente hasta que esa voz sono, ella se sentía en paz, le gustaba saber que a pesar de que ella no respondia, el seguía con ella.

A las afueras de esa mente llena de oscuridad, un hombre estaba sentado en una silla, leyendo un libro, en voz alta, frente a el cuerpo aun dormido de Hermione, tenia una semana en ese estado donde los medimagos decían que ninguna poción hacia efectos, le habia suministrado muchos remedios sin éxito alguno. El hombre se sobaba las sienes simplemente estaba agotado, pero no podia irse de hay dejarla sola, ademas en ese tiempo habia descubierto la necesidad de estar a su lado, de sentir su presencia su aroma, sin duda se habia vuelto indispensable estar cerca de ella, para que el no cayera en esa abismo del que solo su mujer, lo pudo sacar.

Muchas cosas habian pasado en esos dias, al parecer Lucius le permitirá estar cerca de ella aunque todo con restricciones, el estaba molesto por eso, pero de igual forma el sabia que se lo merecía, por no haber estado con ella completamente, por pensar en Tonks, esa mujer se merecía lo peor la habia atacado solo por celos baratos, como lo sabia porque hacia unos dias habia tenido el descaro de buscarlo, el pocionista estaba que en verdad le arrojaría una maldición pero estaba seguro que eso no arreglaría nada, aun recordaba esa visita.

El pocionista se encontraba en su botica, haciendo inventario de sus productos, ademas era una forma de matar el tiempo antes de irse al hospital, caminaba de una mesa a otra con la sola idea de pensar en cosas sin importancia. Ya que si estaba sin hacer nada, estaría pensando en Hermione y en el estado en que estaba en esos momentos, el se sentía fuertemente culpable, ya que si el hubiera hablado antes eso se podría haber evitado, los enfrentamientos, o simplemente hubiera puesto en alerta a Hermione sobre una persona en la cual jamás desconfiaría, solo esperaba que se recuperara, el leia todas las noches a la joven lo hacia para quitarse estrés y para poder seguir investigando, tendría que encontrar una poción que la ayudara, por eso quería comenzar a practicar, para realizar una poción, que la ayudara.

Horas despues salió de su oficina para ir a San Mungo, el que le dijeran los demás sentir las miradas acusatorias de todos, no le interesaba al final el no vivía para complacer a nadie, lamentaba su error con Hermione, pero eso seria algo que arreglaría con ella, los demás podrían opinar pero el no le daba importancia, al cerrar la puerta de su negocio una mano se poso en su hombro, el hombre giro su cuerpo para encontrarse con Tonks que lucia alterada, el movio su cuerpo a modo de impedir que lo siguiera tocando, era extraño el antes la anhelaba pero ahora no le daba importancia, la miro con frialdad y cuando iba a avanzar ella lo detuvo, el pocionista la volvió a observar de forma dura, hasta que quito su brazo.

-     ¿Qué quieres?.- pregunto con brusquedad.

-     Hablar,- afirmo, el pelinegro rio.

-     No me interesa,- avanzo.

-     Me lo debes,- hablo la metamorfomaga. El pocionista se giro sobre sus talones.

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