4

1.2K 192 17
                                    

Cuando Vegetta se despertó ajustando su vista a la luz que entraba por la ventana, busco el calor de su compañero, estiro su mano a su lado, pero no encontró nada.

Seguidamente se estiro como un gato recién levantado, lo cual rápidamente, puesto que sus heridas se habían abierto un poco con esa acción.

Dio unas cuantas vueltas en la cama  intentado volver a encontrar nuevamente una postura cómoda para dormir un poco más y no tener que enfrentarse a la realidad.

Después de un rato se dio cuenta de que eso seria totalmente inútil y que no podría volver a dormir hoy más, porque a decir verdad el no era una persona de tomarse siestas.

Aun medio dormido, medio en la tierra, se levanto a tomarse una ducha, dejando caer el agua templada por su cuerpo, sintiendose más fresco y recuperado después de eso.

Seguidamente al salir se seco y saco un pequeño botiquín que guardaba, mojando un pequeño con con alcohol y apretó a la herida haciendo muecas pero tenia que curarlas o acabarian peor.

Al acabar se dispuso a la cocina que el mismo había construido y decorado, se sentía realmente orgulloso de esa sala. Hizo una taza de café con un poco de leche, su preferido sin duda, oliendo con satisfacción ese rico olor para después beber un largo trago.

En su cabeza ya estaba pensando las actividades que haría ese día, podría ir al pueblo a comprar o tal vez seguir construyendo. Finalmente decidió lo primero. Se visto y arreglo para estar un poco presentable para no parecer un rueda mundos.

Cuando llego al pueblo fue al mercado que había siempre los viernes, mirando entre algunas cosas útiles para cocinar. A decir verdad no había mucha gente ahí, algunas familias con hijos y parejas. Vegetta sonrío con eso, niños, siempre había querido querer uno, pero a Guille no le agradaba la idea y no se sentía preparado, el morado no le podía culpar, los niños no eran fáciles.

Entre puesto y puesto, vio una pareja de dos chicos, uno con una mascara de búho y otro que conoció muy bien, Willy, estos estaban en una tienda de accesorios, mirando lo que parecía ser un collar con una pequeña estrella.

Willy le sonrío al de mascara para seguidamente pagar al vendedor y ayudar a ponérselo al más viejo.

Eso rompió completamente al amante de los unicornios, hacia tiempo que no veía sonreír así a su compañero. También se dio cuenta de que el nunca seria Fargan, jamas se parecería a este.

Aparto la vista de la pareja y se fue antes de que lo vieran, prácticamente corriendo de la escena.

Sintiéndose con la necesidad de romper cualquier cosa que pudiera y conseguir ayuda.

———




Dios, el tiempo pasa rápido.

Morado [Aurongetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora