Capitulo 3

3.3K 313 22
                                    

Ya era de noche, según la hora, aunque si se veía más oscuro, no era como en el mundo humano. Habías salido de la ducha con una toalla y tomaste algo de ropa para ponerte, ya casi era hora de ver a Alastor y estabas emocionada, muy rara ves podías acostarte con un demonio poderoso, aparte de que te librarias por unos meses del orrible trabajo de acostarte con cualquiera. Buscaste entre las cosas que habías llevado algo decente, que valiera la pena ponerte, fue fácil decidirse entre un conjunto de ropa interior roja de encaje, siguiendo con una blusa corta y una minifalda, terminando con unas botas de tacón de aguja. Saliste de tu habitación rumbo a la entrada más en el pasillo te topaste con cierto felino, le sonreiste de forma inocente mientras caminabas mobiendo las caderas.

—¿Vas a algún lado?

Te pregunto mientras te hacercabas a él, era evidente la diferencia de altura incluso con lo alto de tu tacón, claro, este era más bajo que el que usaste por la mañana.

—Solo a pasear.

Te detubiste frente a él, a una distancia apropiada, fingiendo inocencia frente al felino que no dejaba de analizarte, era obvio que no te creía.

—¿Sales a pasear con ropa así?

—Es lo que tengo, ¿acaso temes que alguien más me toque?~

Husk frunció el seño y desvío la mirada mientras se cruzaba de brazos, se quedó un momento en silencio pensando en tus palabras.

—Me da igual, solo no creo que sea la apropiada.

Te encogiste de hombros restándole importancia, por un momento la imagen de la antigua tu cruzo tu cabeza, usando una capa que cubría tu cuerpo.

—Supongo que tienes razón, pero no tengo nada más que faldas cortas y blusas reveladoras, es lo que debo usar para mí trabajo, más fácil de quitar.

—Bien, es hora de que busques un nuevo guardarropas, mañana te buscaremos algo más decente.

—¿Buscaremos?

—Iremos todos, es la mejor opción, con más ojos sobre tu evitaremos que elijas algo indecente.

Siguió su camino pasándote de largo, a pesar de su aclaración te pareció tierno que quisiera ayudarte a verte más decente. Finalmente saliste del hotel más no viste a Alastor alrededor, estabas por dar vuelta y entrar cuando alguien tomó tu hombro provocando que te sobresaltaras.

—Hola querida.

—Alastor, ¡casi me matas de un susto!

—Eso es imposible, ya estas muerta.

—Es una expresión Al.

—Oh, ya veo. Bueno, ven conmigo que te guiare a donde era mi casa antes de vivir en este encantador hotel.

—Ya se donde es tu casa.

—Lo sé, pero a pasado tanto tiempo.

Se podía apreciar algo de nostalgia en su voz, más la disfrazó fácilmente con su sonrisa, tomó tu mano y comenzaron a caminar, todos se apartaban cuando veían a Alastor, era evidente el miedo que le tenían a este. De un momento a otro, un extraño demonio con forma de serpiente callo frente a ustedes, levantaste la mirada viendo una extraña máquina voladora sobre ustedes.

—Por fin, nos encontramos nuevamente Alastor.

Dijo, recargando mucho la "s" al momento de pronunciarla, Alastor ladeo la cabeza y levantó una ceja mirándolo confundido.

—Eh... ¿Te conozco?

—¡Soy Sr. Pentius! ¡¿Por qué siempre haces esto cuando estamos frente a frente?!

—Lo lamento, pero no recuerdo haberte visto antes.

Y antes de que el otro protestara lo paso de largo, pudiste notar la ira en los ojos de la serpiente, más lo ignorante igual que Alastor pasando por su lado, pero no notaste una mano estirarse hasta tomar tu brazo y alejarte de tu compañero, aquel demonio serpiente sujeto con fuerza tu brazo.

—Si me vuelves a ignorar tu "novia" sufrirá las consecuencias.

—En primera mi querido amigo, ella solo es mi amiga y en segunda —Golpeó el bastón fuertemente en el suelo y todo se volvió aún más tétrico mientras ladeaba la cabeza y su vos sonaba distorsionada —Más te vale soltarla.

El repentino cambió en Alastor provocó un escalofrío en ti, más este paso desapercibido al sentir la mano sobre tu brazo flaquear y temblar de miedo, Sir.Pentius observaba con terror a Alastor, lentamente soltó tu mano dando unos pasos atrás antes de salir corriendo despavorido.

—Incluso yo siento miedo cuando haces eso.

Bromeaste y seguiste caminando siendo seguida por Alastor, no tardaron mucho en llegar a su casa, debías admitir que estabas nerviosa, casi como la primera ves.


Súcubo...? //Husk x Reader//Where stories live. Discover now