-Vamos a casa- Comentó Lia.  -Quiero recostarme un poco- Se pusieron en pie. Les empaque los bocadillos que quedaban para que pudiesen disfrutarlo en casa, Andrus y Leo Se encargaron del pago y minutos después se habían ido.

-Señorita- Una voz a mis espaldas captó mi atención. Gire, era un señor señor junto a unas niñas. Sus rasgos me decían que eran italianos. Sonreí.  -Nos traería tres platos de...- Una de las niñas lo interrumpió.

-Spaghetti alla Bolognese- Dijo con aquel  acento italiano. Asenti alegre y les indique una mesa.

Y así iba mi día...

ERICK.

-Aún faltan algunos papeleos, pero ya pronto quedara arreglado- Continúa Paul. Suspire.

-Como sea...-Dije. Me puse de pie. -Solo espero que pase rapido- Antes de que pudiese irme, él me detuvo.

-Erick...- Gire a verlo. Mamá estaba a su lado. -Si todo pasa, puedes incluso considerar unirte al ejército. Puedo ayudar a que...-

-¡Y dale con eso!- Le interrumpi. Apreté los puños. -Te agradezco que quieras ayudarme a salir adelante Paul. Pero se perfectamente que ya mi vida esta jodidamente marcada- Vi a  mamá verme apenada. Pase ambas  manos por mi cabello de forma frustrada. -Saben que... Dejémoslo aqui- Y sin más sali de ahí. Fui directo a mi moto. Colgué las llaves y emprendi viaje.

Estaba agradecido con Paul, mucho, pues él me había ayudado con todo y en todo. Siempre estuvo ahí para mi, pero ya estaba bueno. Él estaba haciendo algo para ver si podía librarme de libertad condicional. Cosa que le agradecía ya que yo quería hacer muchas cosas y gracias a eso no podía hacer nada. Paul llevaba un tiempo propiendome eso, para que me uniera al ejército como él, pero por el momento no quería nada que ver con eso, muchos militares me conocían y conocían mi pasado. No creo que fuese buena idea el que un maliante, Como ellos solían decir, estuviese ahí con ellos.

Justo ahora estaba en lo de siempre. Buscando que hacer, por suerte había un chico que me había contratado en su taller. Quizás no me pagaba la gran millonada, pero me ayudaba con eso.

Llegué al lugar.

-Erick...- Era Flor. Rode los ojos al. Eschcharla, me cabreaba. - Que bueno que llegas- Dice alcansandome.

-¿Y Maick?- Dije mientras guardaba las llaves de mi moto.

-Salio- Me extendió un sobre. Lo tome extrañado. -Te ha dejado esto, dice que ha sido por tu buen servicio- Era una buena cantidad de plata. Sonreí conforme.  -Bonita sonrisa- Mire a la chica. Hice una mueca.

-¿Se tardará en venir?- Cuestione. Ella asintió. -Bien... Pues gracias. Quizas venga luego- Subi nuevamente a mi moto.

-Puedes quedarte un rato- Negué ante sus palabras. Sin siquiera espere a que terminará, despegue.

No había hablado con Ashley desde ayer en la tarde, después de que ella entrará a trabajar teníamos poco tiempo para vernos, porque cuando ella solía estar libre, yo estaba ocupado. Era una mierda ese asunto.

Toque varias veces, pero nadie abrió. Gire sobre mi mismo decidido a irme.

-Erick- Me tense al escucharlo. Lo mire. -Ha pasado un tiempo ah- Asenti ante sus palabras.

No entendía que hacía Leonardo aquí.  

-¿Qué haces aqui?- Decidí preguntar.

-Solo quería visitar- Se hizo a un lado dejándome espacio para pasar.

ERICK WILLIANSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora