A Katsuki nunca se le había visto una novia en sus cortos años de vida a pesar de todo.

Muchas suponían que era porque el joven solamente tenía en mente el ser un héroe, cuando la realidad, era algo completamente diferente, una realidad que ni siquiera él tuvo presente hasta hace poco.
Una realidad que podía hacerlo polvo, no era tonto, puesto que casi siempre escuchaba las burlas homofóbicas que por los pasillos de aquella escuela de héroes soltaban, ¿Cómo gente así podía querer ser un héroe siquiera?

En un inicio todo ese tipo de comentarios le importaban una mierda, ya que él no se consideraba alguien con atracción a la personas, más eso cambió de la noche a la mañana, y le quedó en claro que nunca en esa sociedad, su sexualidad o su preferencia sería aceptada, lo supo desde que uno de los idiotas que lo acompañaba soltó una burla de lo más homofóbica posible. Sabía que la forma que Denki Kaminari tenía para bromear era pesada, pero aquella vez, de cierto modo lo que había dicho le afectaba.

Es aquí donde se repite la pregunta, ¿Qué demonios le esperaba? ¿Qué le esperaba, si alguien a quien podría considerar un amigo, también se burlaba? ¿Qué era lo que le esperaba?

Hasta ahora, su dignidad y orgullo nunca se habían visto doblegados, nunca lo hicieron hasta ahora.
Pero tampoco es como si él hubiera elegido eso, jamás lo pidió, simplemente sucedió.

Sucedió cuando su mano sujetó.

Bakugō Katsuki estaba enamorado, estaba enamorado de un chico tontorrón.

Y aunque golpeaba en todo su orgullo, nunca se atrevería a negarlo, su corazón no se atrevía a negarlo.
Bakugō Katsuki no quería enamorarse, y siempre deseó morir sin conocer lo que era amar a alguien, lo que era depender de alguien.

Pero la vida no entiende a razones, y cuando menos lo esperó, cuando menos lo deseó, el destino puso en su camino a cierto pelirrojo que de inmediato le robó el corazón.

Kirishima, Kirishima Eijirō, un idiota con cabellos de escoba, obsesionado con lo masculino, y que siempre portaba una estúpida sonrisa en el rostro, ¿Alguna vez pensó que terminaría por caer rendido ante alguien así? La respuesta era un inmenso y tajante no, haciendo hasta lo imposible —en un comienzo— por intentar negar lo que era más que evidente.

Sus energías se vieron puestas en todos sus esfuerzos para ignorar los latidos potentes de su corazón, esos que daba cada que el de dientes puntiagudos estaba cerca, gastó sus energías en tratar de ignorar esa calidez tan agradable que sentía en su interior cuando sus miradas se cruzaban, y no existía la necesidad de soltar palabras.

Aunque es cierto que las primeras veces que vio a Eijirō Kirishima, no sintió nada fuera de lo normal, todo empezó a cambiar cuando pelearon juntos por primera vez, codo con codo, fue la primera vez que algo raro sacudió su interior, algo auténtico.
Su espíritu violento y colérico, por primera vez se vio algo tranquilizado, se vio ligeramente dominado ante un nuevo sentimiento que surgía desde sus adentros, fue como si le hubiesen tirado un maldito balde de agua que paró su frenesí destructivo, justo cuando el pelirrojo le observó y comentó en esos momentos lo "masculino" que lucía para él.

Eso —en un inicio— fue tomado como algo malo por parte del cenizo, pues era algo completamente extraño para él, el hecho de sentirse calmado, tranquilizado, no era bueno, sentir que su corazón estaba acelerado, simplemente no era correcto, es por ello que intentó evitarlo a toda costa. No quería a Kirishima Eijirō presente en su vida.
Más esta no se apiada o se limita, y como siempre, nos envuelve en una caja llena de sorpresas.

Para su mala, o quizá, buena suerte, Kirishima era todo lo contrario a su personalidad rabiosa y egocéntrica, buscando integrarse con él, hasta cuando no había clases presenciales. Colocando excusas muy absurdas y estúpidas con el simple motivo de pasar un tiempo juntos. Bakugō siempre le decía que no, existiendo incluso ocasiones donde el pelirrojo era víctima de sus tantas explosiones y de golpes provocados por cerrarle la puerta en la cara.
Pero, de alguna manera u otra, siempre terminaba por convencerle, y tenía que lidiar con la estúpida emoción que cada vez más, crecía con fuerza, instalándose sin piedad alguna en su corazón, ese en el que había creado un muro.

Shark - KiriBaku/BakushimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora