Yuki onna

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Se dice que la Yuki Onna (雪女- mujer de la nieve) es un espíritu que se encuentra mucho en las leyendas japonesas representada como una mujer alta, hermosa, piel blanca, cabellos largos y negros quien normalmente aparece en noches de nieve. Algunas leyendas dicen que viste un kimono blanco, otras que aparece desnuda recostada en la nieve.

Supuestamente se les aparece a los viajeros que se encuentran atrapados en tempestades de nieve y utiliza su respiración helada para matarlos, otra leyenda dice que extravía a las personas haciendo que mueran por hipotermia.

Sin embargo, una de las leyendas más conocidas y en la que parece tuvo más misericordia cuenta la historia de Mosaku y Minokichi. Mosaku era una persona trabajadora de edad avanzada y Minokichi era su aprendiz, un joven fuerte y vigoroso quien apenas contaba con 18 años, ambos eran leñeros del pueblo donde vivían.

En una noche de invierno, cuando se disponían a regresar a casa después de recolectar la madera del día, se encontraron con una fuerte tormenta la cual ya había cubierto de nieve el camino que siempre seguían. Al ver imposible su regreso, comenzaron a deambular por el oscuro bosque en busca de ayuda o refugio. Cuando finalmente lo encontraron, se dispusieron a pasar la noche ahí esperando el sol del nuevo día.

El cansancio les había ganado por lo que se quedaron completamente dormidos aunque no por mucho tiempo pues de repente una ráfaga de viento abrió de golpe la puerta de la vieja cabaña que los protegía despertando inmediatamente a Minokichi quien por impulso dirigió la vista hacia el lugar donde descansaba Mosaku quedando impactado con lo que vio.

Era un mujer quien se encontraba inclinada enfrente del pobre anciano a quien ya había congelado con su aliento. Su cabello era largo y negro y vestía un kimono blanco como la nieve. El pobre Minokichi quedó paralizado del miedo por lo que solo se le ocurrió orar para que aquella mujer no fuera un demonio.

La mujer volteó a verlo y sus miedos se confirmaron.

La piel de la mujer era blanca y pálida cual sus ropas, su ojos eran negros como la noche y cuando abrió la boca, Minokichi pudo darse cuenta que no tenia dientes, ni lengua, solo un vacio total.

Minokichi se resignó esperando el momento de su muerte pero entonces la mujer comenzó a hablar con un tono dulce y cariñoso. Le confesó que pensaba hacer lo mismo que a su viejo maestro pero que le iba a perdonar la vida pues sentía lastima por Monikichi ya era muy joven y apuesto. Sin embargo, le dijo que si algún día por algún motivo revelaba lo que había ocurrido en ese lugar, lo mataría sin dudarlo.

El joven, aún consternado, prometió callar lo ocurrido por siempre.

Después de haber dicho la amenaza, la mujer desapareció de la cabaña y con ello, también la tormenta.

Un año después, Minokichi ya había retomado su trabajo como leñador por lo que regreso a la rutina de internarse en el bosque diariamente. Un día cuando regresaba a su casa, se encontró a una bella joven de largos cabellos negros quien se dirigía al pueblo en busca de trabajo. Minokichi al ver que ya era de noche, la invitó a hospedarse en su casa junto a su familia. La joven, muy agradecida, aceptó el ofrecimiento y se presentó ante ellos con el nombre de Oyuki.

Oyuki y Minokichi se enamoraron rápidamente y no pasó mucho tiempo para que ambos se casaran. De su unión nacieron tres hermosos niños, y vivieron felices por muchos años. Minokichi era la envidia de todo el pueblo pues tenía como esposa a una bella mujer quien también era una excelente madre y esposa ejemplar. Pero había algo raro en Oyuki que llamaba la atención del pueblo, parecía que no envejecía con el pasar de los años pero Minokichi no le daba importancia, ya que él era feliz.

Debido a que se acercaba un festival, Minokichi decidió hacerle un regalo a su esposa. Así que empezó a confeccionar un par de sandalias con unas cintas rojas para sujetar los pies. Ese día, Oyuki se encontraba cociendo los kimonos de sus hijos y Minokichi entretejiendo las sandalias. Todo procedía en una hermosa tranquilidad, pero de repente Minokichi volteó a ver de reojo a su esposa visualizando a la mujer con quien se encontró en aquella noche fatal, donde murió su maestro Mosaku, en otras palabras, a la "mujer de la nieve". El pobre hombre se puso algo nervioso.

Su mujer le preguntó sobre su extraño comportamiento, Minokichi contesto que al verla entre las sombras le había recordado a alguien que conoció hacer algunos años y decidió contarle la historia. Oyuki escuchaba atentamente sin decir ni una sola palabra mientras su marido seguía contándole con detalle acerca de aquella misteriosa mujer. Oyuki siguió callada, mientras Minokichi, entre risas, admitió que quizás todo lo que vivió aquella noche habría sido un sueño.

Oyuki se levantó y miro fijamente a los ojos de Minokichi. Ella le confesó que era aquella mujer, la "mujer de la nieve", y como rompió su promesa tendría que matarlo. Minokichi confundido y asustado no supo qué hacer. Sin embargo la mujer no lo atacó por el profundo amor que había sentido por él, así que le perdonó de nuevo la vida.

Antes de irse, la mujer le advirtió que ahora él tendría que cuidar solo a sus hijos, pero si llegaban a quejarse por algo, lo mataría sin dudarlo. Después de haber dicho esas palabras Oyuki desapareció sin dejar rastro. Nunca más fue vista de nuevo ni por sus hijos, ni por su esposo, quien se quedó lamentando su gran pérdida de por vida.

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