Itza cerró su boca, pero no por eso. Harper abrió los ojos en grande.

—¿Futura señorita Flitcher?—Itzaes tartamudeaba al hablar.

—Yo no repito las cosas dos veces.— se cruzó de brazos decidido a callar mientras miraba para otro lado.

—Te amo y me encantaría ser la señorita Flitcher.

—¿Qué?— volteó a verla y aflojo sus brazos.

—Yo no repito las cosas dos veces.— lo imito burlona y la bruja no evito reír.

Cuando se dieron un beso y la de rulos se acurrucó en el pecho del de cabello rapado, ella solo supo sonreír feliz y mas sonrió cuando en la pantalla apareció Isaac Lahey, ese si que era un motivo para sonreír.

—¿Lydia es una Banshee?— preguntó Harper.

—Sí, ¿Cómo lo sabes?—
preguntó sin entender Itza, ya que todavía no no lo habían dicho.

—Mm... reconocí sus actitudes. Aunque así no son las Banshee en la realidad.— frunció el ceño.

—No francas el ceño, alguien podría estar enamorándose de tu sonrisa.— cito Theo a la despampanante Lydia Martin.

Cuando el día siguiente Harper salió de la casa con dos coletas que le había hecho Itza en su largo pelo para ir a la casa de los Cullens lo que la distrajo fue la mirada que recibió de su vecino, Jacob Black. Desconfiado quizá.

A pasos apurados se adentró en el bosque. Piso rocas, hierva, ramas y todo lo que se cruzó en su camino.

Cuando los árboles desaparecieron de su vista y lo que llegó fue una edificación de cristales.

Harper se acercó a la puerta y esta vez los dueños de la casa esperaron a que ella tocara para abrir, aunque ya supieran de su llegada.

Cuando llegó al salón donde se encontraba todos la esperaban con una sonrisa. A la chica le sorprendió ver que el más chico de los Cullens se encontraba con ellos.

—Hola Harpie.—la saludó Bella feliz.

— Bella.— dijo en modo de saludo y luego lo repitió con todos hasta llegar al menor.— Hola Lukas.

Para sorpresa de todo en la sala Lukas se acercó a ella a pasos rápidos y seguros hasta poder susurrar en su oído. Alice pegó un grito de sorpresa y emoción.

—Te quedan bien.— susurro a su lado débilmente refiriéndose a sus coletas.

Algo se despertó en Harper, quien quedó paralizada mirando a la nada.

«Harper abrió el paraguas y los dos se colocaron bajo este. Estaban muy cerca para gusto de la bruja, ella podía sentir su respiración sobre su nuca, al ser él más alto.

Caminaron tras la pareja que se dirigía por las calles del centro, a una distancia prudente de los otros dos adolescentes.

—Te quedan bien.— susurro a su lado débilmente.

Harper lo volteó a ver sin entender, dándole inca pie a que siga.

—Las dos coletas.— fue lo único que dijo para mirar a otro lado. Harper Jules sonrió.

—Ya, gracias.»

Miró a el chico aún a su lado, que sonreía a su vez lo más sincero que alguna vez hubiese visto. Complacido, satisfecho.

—Y así pequeña Harper es como hacemos recordar a las personas vacías quienes son. —pasó por su lado y se paró al lado de Jasper quien le miraba orgulloso y pícaro.

Harper estaba anonadada, no entendía nada ¿Qué había pasado con el frío y solitario Lukas que conocía desde hace unos meses?

—Mi hermano quizo decir "te quiero" Pero no conoce esas palabras.— repuso Alice sonriente y brillante.

Harper abrió los ojos como esferas, pero luego lo entendió. Se estaba desviviendo intentando que recordara cosas, momentos junto a él.

—Supongo que es normal no conocer el te quiero si nunca lo has recibido ¿Alguna vez...?

—¿Si alguna vez me lo dijiste?—preguntó Lukas.

Harper asintió con la cabeza.

—No... pero soy inmortal, todavía hay tiempo. Supongo que no hay que apresurarse.

Harper no sabía cómo decirle que no le podía decir te quiero a una persona que realmente no recordaba completamente.

—Yo...

—No importa, tu solo... quédate quieta.

Y se perdió devuelta como él predijo en un mar de recuerdos.

«Sus ojos avellana se encontraron con los marrones de ella. Fue cuando él dijo las palabras que la dejaron confundida:

Quédate quieta.

Lukas se agachó un poco y se acercó a la cara de la chica de catorce, tomó con su mano su mentón y la acercó más a el. Harper abrió más los ojos. Solo sintió el frío pero amigable tacto de los labios de Lukas presionándose fuertemente, pero a la vez dulcemente contra los suyos.

Harper cerró los ojos disfrutando de la fricción del tacto, de la conmoción del momento, enserio le gustaba eso.

Cuando Lukas se separó de ella, mantuvo sus ojos cerrados unos segundos, sin saber qué decir, sin separar tanto su cara a la de ella, solo los separaba unos centímetros de nada. Cuando los abrió y vio los ojos color chocolate que lo miraban curiosos, sorprendidos, hasta cuestionándole sus acciones, decidió hablar.

Eso pasó.»

Abrió los en grande.

—Si viste lo mismo que yo, sabes que no falta mucho para un te quiero.















   —Si viste lo mismo que yo, sabes que no falta mucho para un te quiero

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