04: sueño.

26K 2.7K 1.4K
                                    

—¡Por favor suéltame!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡Por favor suéltame!

La voz de la pequeña niña pidiendo ayuda resonaba en mis oídos. No podía hacer nada para evitar que se la llevarán, ese hombre solo me golpearía más si intervengo.

Mi hermana mayor estaba a mi lado, sostenía mi mano con fuerza mientras miraba sin ningún tipo de expresión la escena. Pero su labio estaba temblando.

Tengo tanto hambre...

Tengo tanto miedo...

El día paso como normalmente, solo mi hermana y yo quedábamos en este horrible lugar, varios niños más estaban tirados en el suelo,pero no sabría decir si están vivos. 

—¡Ustedes dos!

Mi hermana a mi lado empezó a temblar al escuchar la voz del hombre que atormentaba nuestra corta vida. E notado que ella no cambiaba su expresión más... es como si no sintiera nada.

—Mañana se largan de aquí, las logre vender a ambas a un precio excelente. Deberían agradecerme de que haya logrado venderlas juntas.

Nos tiró un pan duro, era la única comida del día de hoy. Cerró la puerta dejándonos en el patio, partí el pan a la mitad y le di la otra parte a mi hermana.

Los insectos subían por mi cuerpo, era tan desagradable... quisiera limpiarme.

Ambas dormimos apoyadas en la otra, no esperábamos nada de mañana, pero el hecho de que sigamos juntas era demasiado.

Cuando amaneció sentí como me ponían una cuerda en la cintura y tiraban bruscamente de mi.

—¡Hora de irse!

Ambas salimos de la casa, caminábamos detrás del hombre, las personas que nos rodeaban no decían nada al vernos. Dos niñas pequeñas en el peor estado posible, siendo arrastradas de una cuerda como si fueran animales... ¿Todo esto era normal para ellos?

Ellos se quedaban en silencio y seguían con sus cotidianas vidas. A nadie le importábamos, nadie nos quería, solo nos teníamos la una a la otra.

Mantuve mi cabeza agachada, mientras las lágrimas bajaban por mis mejillas inevitablemente.

—¿Puede darme un segundo?

Una dulce voz llamaba a nuestras espaldas, una voz que me cautivo desde ese momento.

El señor frunció el ceño, irritado. —¿Eh? ¿Que diablos quieren?

—Señor, ¿estas niñas han cometido un crimen o algo así?— cuando alze la mirada dos señoritas estaban delante nuestro. —O porque están atadas a cuerdas...

La señorita de cabello largo se nos acercó.

—Mucho gusto, soy Kanae Kocho ¿como se llaman?— mantenía una cálida sonrisa al mirarnos, nunca... nunca había visto a una persona así.

─ 𝐌𝐀𝐑𝐈𝐏𝐎𝐒𝐀.「ιиσѕυкє нαѕнιвιяα」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora