--Che quien diría que Agus tendría un traje de mesero entre toda su ropa, ese boludo tiene de todo.--volvió a besarme y tras separarnos por falta de aire me miro.--Pero vos no te quedas atrás.--se mordió el labio inferior.-- Hermosa... Divina--susurro cerca de mi oído provocando descargas eléctricas en mi.

--Gracias.--me sonroje.

--Quiero que todo esto acabe para irnos.--me tenía acorralada en un rincón del cuarto.--Donde solo seamos vos y yo.--beso mis labios para después bajar a mi cuello y quedarse un momento así.---Amo tu perfume.--sentí que sonrió, se separó y fijo su mirada en mi.

--También quiero eso... Ya no soporto estar aquí.--sentí mi celular vibrar, Maxi se alejó y lo saqué de mi bolsillo.

Vi que era mi madre, él se encogió de hombros señalandome que contestara.

--Nada importante.--lo atraje a mi.

-¿Segura?.--dejo un corto beso. Asentí y lo volvió a atrapar en un glorioso beso.

Me celular volvió a vibrar, interrumpiendo el momento.

--Es mejor que volvamos.--tomo mi cintura.--O se darán cuenta de que no estás.

--Esta bien.--desvie la mirada.

--Ey.--tomo mi barbilla.--Nos veremos está noche.

Asentí no sin antes abrazarlo.

--Ten cuidado..... Que no te vean.--él asintió y beso mi mejilla.

--Lo tendré... tranquila.--colocó su anillo en uno de mis dedos.--Te Amo.--me beso y salió del cuarto.

Espere un momento y después salí, por suerte no había nadie y sin problema alguno salí de la cocina.

--Por fin apareces.--se quejo mi madre caminando hacia mi y me miró de pies a cabeza.--No cenaras con eso puesto es tan.......... Corriente.--miró especialmente la sudadera e hizo una mueca.

--No me cambiare.--espete.

--Ponte un vestido, una falda que se yo pero quítate esa sudadera.--ordeno y al ver que hice caso omiso a sus indicaciones armó una larga plática.

No entendía su rencor ni desprecio hacia Maxi, porque en efecto él me había regalado la sudadera diseñada especialmente por su madre, con nuestras nombres grabados en cada brazo, Maxi tenía una igual que combinaban perfectamente.

Después de una larga plática con mi madre no logro que me la quitara y viendo que seguía haciendo caso omiso a sus órdenes se marchó.


(• • • •)


La hora de la cena había llegado, todos estábamos en la mesa, los padres de Roy estaban frente a mí y él lamentablemente a mi lado.

--Linda velada ¿no crees?.--alzó la copa y le dió un sorbo.

Solo asentí con la cabeza sin mostrar interés alguno, no me apetecía hablar con él, no cuando se preocupaba en ser tan arrogante y engreído como siempre. Preferí mirar al frente a ver si veía algo bonito o a alguien, y como por arte de magia los meseros fueron entrando al gran salón y entre ellos apareció Maxi, apenas lo vi una bella sonrisa se formó en su rostro.

--Mesero.--la irritante voz de Roy me hizo dejar de mirarlo.--Una copa para la señorita.--lo mire.

--No gracias, no tomo

--Una copa.--Maxi lo miro indignado, Roy ni cuenta se daba por qué se comía con la mirada a una mesera que ni caso le hacía.--O prefiere la especialidad, o su favorito.--me guiño el ojo y dejo sobre la mesa una copa.--Disfrutelo bella dama.--me lanzó una mirada cómplice, sonreí y agradecí. Era jugo de uva, él sabia cuanto adoraba los jugos, el alcohol no era lo mio.

Lo ví marcharse, no sin antes tirará disimuladamente un papel doblado cerca de mi, sin que nadie me viera lo recogí <Terminando esto te veo en tu habitación, tengo una idea> leí,
era un excelente actor, que por un instante creí que no era mi Maxi.

La cena transcurrió rápido, más rápido de lo que creí y sin duda fue buena, a pesar de que sabía por qué la habían organizado, Maxi sin duda planeó bien su jugada e hizo renegar a Roy más de una vez interrumpiendo cada momento en dónde Roy quería tomarme de la mano, Maxi ofrecía una servilleta, una copa o un bocadillo, su comida tardaba en llegar o estaba equivocada, mas de una vez las copas se quebraron haciendo que Roy se manchara, y en una esquina Maxi solo reía disimuladamente fue tan lindo todo lo que hizo y la manera en la que me protege.

--Bueno.--hablo mi padre.--Vamos al gran salón y ahí vemos todos lo preparativos.--me miro entusiasmado, solo desvíe la mirada, no quería que ese momento sucediera.

Todos se levantaron de sus asientos y siguieron a mi padre, yo me quedé atrás esperando a que todos salieran de sala para ir a otro lugar.

Caminé por los pasillos, no había nadie y claro mi padre había dado la orden de que desocuparan el piso donde estaban los invitados para evitar interrupciones.

--Que hace una bella dama en medio del pasillo tan solita.--me asusté, pero al sentir sus manos rodear mi cuerpo por detrás y reconocer su voz mi angustia desapareció.

--Pueden vernos.--advertí mirando a todos lados.

--Ya no soporto.--tomo mi mano y me llevo a uno de los salones.--Aqui no hay nadie.--entramos al salón y pude ver qué era la biblioteca, cerro la puerta tras de si y se lanzó a abrazarme.

--No te arriesgues así..... Por favor.--rogué envolviendome en su cuerpo y el calor que me transmitía.

--No soportaría que te quedarás otra noche más aquí.--me pego a la pared colocando cada una de sus manos a un costado de mi cabeza.--No sabiendo que él se quedará aquí.--se apoderó de mis labios y comenzó a besarme.

Lo quería, lo quería tanto que no podía resistirme a sus besos, a sus caricias, a sus abrazos, él era como algo prohibido que me atrae más y más.

--¡Vamonos!.--beso mi cuello.-- Olvida todo y vámonos, huyamos de aquí.--tomó mis manos y volvió a mis labios.--Seamos solo vos y yo.--me perdí en la delicia del beso sin importarme si alguien nos veía.

La puerta de abrió.

Un Amor A Escondidas ||𝑴𝒂𝒙𝒊 𝑬𝒔𝒑𝒊́𝒏𝒅𝒐𝒍𝒂|| [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora