Capítulo 4. Sweet Prince

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-Hola de nuevo
-Hola Ren, asi que está es tu casa-dije mirando al mi alrededor, la casa era hermosa por dentro con sus paredes blancas y estaba muy limpia al igual que su habitación, que por cierto es muy hermosa.
-Si... te gusta?
-Te gusta que me guste?-dije
-mmm.. muy buena esa jaja-dijo
-Si jaja gracias pero la verdad es que si me gusta, es muy hermosa
-Gracias

En eso un gato gris y muy gordo comenzó a maullar debajo de mi.

-¿Es tu gato?
-Sip, se llama Sebastián y es muy raro que se te acerque normalmente se esconde abajo de mi cama cuando hay visita

Cargue a Sebastián y lo abrace, era super suabe y era muy bonito, luego lo baje y seguí hablando con Ren.

-y supongo que no has de vivir solo? O si?
-No, vivo con mi padre
-haa y tu madre? Perdón si me intrometo demasiado
-No te preocupes no me molesta, mis padres se separaron hace mucho tiempo y mi madre se consiguió a otra familia
-Lo siento
-No te preocupes, no convivo tanto con ella
-Haaa esta bien...mmm...que hora es?
-Son casi las 7, ya es tarde
-Si, debería ir a mi casa
-Haa yo te llevo en mi auto así no se te hará tarde
-Gracias, no te lo pediría normalmente pero no me siento al 100% aún
-Haa entonces por qué no te das una ducha en mi baño antes de que te lleve?
-Puedo?
-Claro!
-Gracias, no sé como pagarte todo lo que has hecho hoy por mi.
-No me debes nada, anda ve y bañate, el baño es la ultima puerta a la izquierda, no me lo agradezcas de nuevo
-Gra... jaja de acuerdo

Caminé por el pasillo hasta dar con la ultima puerta a la izquierda, entré y me dí una ducha rápida poniendome de nuevo la ropa que me había dado Ren, eran tan suave y olía muy dulce.
Salí y Ren ya me estaba esperando en la puerta, al parecer tenía la ropa que me había quitado esta tarde, y me la extendió

-No me lo agradezcas
-No lo iba a ser - *si lo iba a ser*- Mañana te doy tu ropa
-Esta bien, y si quieres tomate tu tiempo no tiene que ser justo mañana que me la entregues
-Por qué lo dices?
-Porque así ya tendrás una excusa para hablarme
-Tonto jaja- me agradaba la idea, me despedí de Sebastián, salimos de su hogar, nos subimos en su auto y me llevo de vuelta a casa.

Durante el camino Ren puso canciones, algunas las conocía como "All of me", "Say Something" pero cuando sonó la canción "Chandelier" cantamos a todo pulmón y al término de esta nos reímos mucho, pasados los 10 minutos al fin llegamos pero por alguna razón no quería que se fuera y lo invite a pasar.

-¿Quieres... Cenar?
-No me parece mala la idea pero ¿no hay problema con que entre un casi desconocido a tu casa?
-Bueno al menos conozco tu nombre, y se donde vives...¿ A y por cierto quien crees que lleva tu ropa?
-Okey okey acepto, solo por que eres muy insistente
-Bueno... Pasa

Al entrar escuche ruidos que provenían de la cocina, supuse que era mi madre cocinando la cena.

-! MAMÁ ¡ ¡YA HE LLEGADOO¡
-Okey hijo, ya va a estar lista la cena
-! Traje a un... Amigo¡
-En un momento nos vemos

Lleve a Ren a mi cuarto, saque ropa de los cajones y me fui a cambiar a mi baño.

Al salir del baño me encontré a Ren dormido sobre mi cama, se veía tan bonito cuando dormía, me acerque un poco más y sin querer ya estaba a pocos centímetros de su cara.

-¿Buscabas algo?-Dijo Ren mientras abría los ojos lentamente mientras que yo me aleje lo más rápido que pude
-No... no, solo te hiba a decir que... la cena ya está lista
-Pues entonces vamos

La cena estuvo riquísima, mi madre preparo un pay de manzana y galletas en forma de manzana, amo que todo sea dulce.
Ya eran casi las 10 y Ren tenía que irse ya que mañana también había clases, lo acompañe a la puerta y nos despedimos.

-Supongo que nos veremos mañana
-Sip, nos veremos mañana en la escuela
-Cuidate y recuerda que si necesitas algo puedes pedirmelo
-Gracias y gracias por haberme ayudado con lo de hace unas horas..
-No hay de que sweet prince

Me dio en beso en la frente para luego irse en su coche, eso último hizo que me sonrojara muchísimo y mi cara parecía un jitomate, entre a mi casa y corrí ahacia mi cuarto no sin antes desearle las buenas noches a mi mamá. No encontraba explicas ion para lo que había ocurrido, por un momento sentí que estaba engañando o traicionando a Ezra pero luego pensé - Yo no fui quien le dio un beso en la frente, además no es nada malo... Hay personas que se despiden de beso y no por eso son infieles ¿no?

Me recosté en mi cama y pude sentir su dulce olor, olia mejor que galletas recién hechas con chispas de chocolate...y al poco tiempo me quedé dormido.

Hasta que las estrellas se apaguen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora