Otro paso

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Stephen se encontraba en Kamar-Taj supervisando algunas cosas con los nuevos estudiantes, era parte de sus deberes como Hechicero Supremo. Lo único malo es que llevaba una semana sin poder ver a su pareja ni conversar con él aunque fuera por teléfono o correo electrónico. Agradecía tanto haber encontrado a alguien como Everett, quien comprendía la importancia de su papel como protector del mundo y más probablemente le dispararía si descuidaba su trabajo, a que se molestara porque pasaran tiempo separados.

Fue por esto mismo que le sorprendió la llegada de Wong, ya que su amigo lo estaba reemplazando cuidando el Santuario de Nueva York. El hombre lo había mandado llamar a su habitación para mostrarle que ahí estaban también sus nietos. Levi se desprendió de inmediato de los hombros del hechicero y fue a reunirse con sus hijos, a quienes abrazó con fuerza entre sus pliegues.

-¿Por qué los trajiste aquí? –preguntó Strange- Creí que habíamos acordado que por su seguridad era mejor tenerlos en el Santuario hasta que descubriéramos si tienen más propiedades mágicas.

-Lo sé, pero no me pareció prudente que estuvieran ahí sin una supervisión adecuada.

-¿De qué hablas? Un momento –el doctor entrecerró los ojos-... No sería raro que Everett estuviera muy ocupado con el trabajo, pero si Bas tampoco puede cuidarlos, significa que Everett le necesitaba. ¡Fueron a una misión peligrosa con el gato!

-Me sorprende lo rápido que sospechas de tu no rival ni cuñado biológico. Pero no, no está con el rey T'Challa. Sí fue a una misión, solo que es conjunta entre la CIA y los Vengadores.

Después de arreglar todo el desastre tras los Acuerdos de Sokovia, no era la primera vez que su pareja ayudaba en los asuntos de los Vengadores. Everett solía bromear con que su apariencia de persona tan común y corriente ayudaba mucho en ciertas situaciones, aunque la mayoría de las veces a quien respaldaba era a Pantera Negra.

-Por favor, dime que no lo mandaron solo con el niño araña. O la hormiga.

-Eso no lo sé –contestó Wong-, pero no deberías preocuparte tanto. Podrá ser un humano sin poderes y algo bajo de estatura, sin embargo el Agente Ross es mucho más rudo de lo que parece.

Una vez que su amigo regresó al Santuario de Nueva York, Stephen suspiró y se dejó rodear por sus nietos, quienes revoloteaban felizmente alrededor de su cabeza.

-Bien, ¿qué se supone que haré ahora con ustedes tres?

Ordenó a Levi que se quedara con los pequeños en su habitación mientras supervisaba los entrenamientos o tenía que ir a la biblioteca, pero los llevaban a escondidas a las salas de meditación siempre y cuando no hubiera nadie más alrededor (Strange ya se había acostumbrado a meditar con ellos flotando de un lado a otro). Cuando alguien entraba, Levi los reunía de inmediato y los escondía tras la espalda de Stephen. Algunos de los otros hechiceros los miraban con extrañeza por su comportamiento, pero lo dejaban pasar porque sabían que ese par era de lo más peculiar.

-Lo siento, pero todavía son muy jóvenes para vagar por Kamar-Taj sin supervisión –les dijo a sus nietos-. No quiero arriesgarme a que alguien los confunda con algún objeto maldito o que por error terminen en otra dimensión.

Los días comenzaron a pasar y si bien Stephen seguía preocupado por su compañero, sabía que Wong tenía razón y necesitaba confiar en él (una de las cosas que tenía en común con los wakandianos era la preocupación a veces exagerada que sentían por Everett). Se distrajo un poco viendo a Levi tratando de mantener bajo control a sus traviesos hijos que si bien eran felices por estar con su papá capa y con él, era obvio que se estaban empezando a poner inquietos ante la falta de Bas y Ross.

El amor no es solo humanoWhere stories live. Discover now