XVII

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Sally espera paciente mientras ve como los ojos de Paula se van cerrando. El sueño comienza a dominar el cuerpo y en un momento, siente que recupera el control. Intenta mover con mucha suavidad el dedo índice de la mano... Y lo logra.

Recién en ese momento se permite relajar.

Fue un descuido. Un gran descuido dominado por las malditas emociones. Pero no volverá a ocurrir, se lo promete.

Seguro Max intentará hacer lo mismo que hizo ella, y cuando llegue allí, le dirá que es peligroso. Disfrutará de sentirlo cerca por última vez y se despedirá de él rogando encontrarlo cuando la misión termine. Porque en algún momento alcanzarán el éxito. De eso está segura.

Cuando la luz del sol ingresa por la ventana y el cuerpo comienza a despabilarse, Sally nota la diferencia. Tiene el control... Pero no está sola. Esta vez, no está sola allí dentro.

Oxiderón [Historia corta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora