cincuenta y ocho.

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Harry y Ashley se habían quedado en vela hablando de lo maravilloso que sería viajar juntos. No exactamente estarían de tour por todo el mundo, simplemente irían a Nueva York en donde el papá de Ashley vivía y podría ayudarlos a ambos a acomodarse en esa ciudad.

Ashley todavía tenía que checar una universidad para retomar sus estudios y por ende Harry la seguiría para continuar los suyos. Se amaban y con eso les bastaba para estar felices y cómodos estando juntos. Quedaron que a primera hora del día siguiente Harry estaría en la casa de Ashley con todas sus maletas, aparte de que la madre de Ashley lo había invitado para un desayuno gourmet digno de una despedida.

El vuelo de la pareja —aun no confirmada oficialmente—, salía cuarto para las ocho para que pudieran llegar amaneciendo a Nueva York, sin embargo tenían que estar dos horas antes en el aeropuerto (lo normal). Así que por ahí de las once de la mañana, Ashley y Harry se separaron de la pequeña reunión que se había hecho con algunos invitados de Gregor, Harry y Ashley, que solo consistían en: Xavier, un ex compañero de Gregor de la universidad, Rose y Gabriela, viejas amigas de Ashley del secundario (que después del accidente, fueron las únicas que la apoyaron), Louis, Niall y Zayn. Y por supuesto que Zoella, la madre de Ashley quien casi no salió de la cocina para no ser una intervención hacia la diversión de los chicos.

Era extraño que Harry ya no se difiera a Ashley como una amiga, porque era obvio que ellos ya no se veían de esa forma. Las manos de ambos sudaban y temblaban por el nerviosismo.

—Así que hoy es el gran día —se balanceo Ashley con sus puntas de los pies y sus talones, hacia delante y atrás, tal como niña pequeña.

—Exactamente —el castaño le dedico una sonrisa impecable. Él no podía esconder lo ansioso que estaba con eso.

— ¿Qué dijeron tus…?

—Ashley…

Ambos hablaron al mismo tiempo, interrumpiéndose ocasionando que se rieran.

—Tu primero, Ash —dijo educado Harry, como casi siempre.

—Quería saber qué dijeron tus padres sobre esto —miró a sus Converse rosas que llevaba.

—Oh, en realidad no dijeron nada. Solo mi madre me advirtió que si dejaba de estudiar iría hasta Nueva York a regresarme de la oreja, todo el trayecto —lo último hizo que riera recordando cómo Anne se lo había dicho llorosa y determinada al mismo tiempo.

— ¿Eso es bueno? —rio Ashley.

—Sí, supongo que si —sonrió mirándola a los ojos. Eran preciosos cuando no se veían hinchados de haber llorado—. Pero ahora es mi turno —dicho esto se hincó frente a la chica que de inmediato hizo un gesto de confusión—. Ashley, no he podido pedirte oficialmente que seas mi novia y no podré irme de Londres hasta que aceptes. Así que… ¿Quieres ser mi novia Ashley Lee?

Ashley95 » Harry S. (#1)Where stories live. Discover now