SIETE

1.2K 74 19
                                    

Me despierto con un dolor de cabeza tan intenso que parece que me va a explotar. Me toco la sien, intentando calmar las pulsaciones.

¿Qué ha pasado?

No me acuerdo de casi nada. Solamente recuerdo estar comiendo lasaña, y después de eso, todo negro. Me reincorporo donde estoy acostada. Es una cama. Sus sábanas de satén blancas hacen que sean muy cómodas y reconfortantes. Te invitan a quedarte más tiempo. Me quedo con las piernas cruzadas, reflexionando sobre que ha pasado. Esfuérzate, Grace. Recuerda que ha pasado

Miro a mi alrededor, observando la gigante habitación donde estoy. Son todos colores claros como blancos, cremas y algún tono pálido como rosa o amarillo. Es una habitación muy...Femenina, como si hubiera sido decorada a consciencia.

¿Pero qué narices hago aquí?

Me levanto y me acerco corriendo a la terraza. ¿Qué es esto? Miles de montañas nevadas están a mi alrededor. Es una casa en medio de las montañas. Miro hacia abajo, encontrándome con que estoy en un segundo piso. Entre donde estoy y la tierra hay alrededor de siete metros más o menos.

¿Dónde estoy?

Mi mente consigue recordarlo todo en un solo segundo, imágenes y recuerdos de lo que ha pasado vienen a mi mente, como si se tratara de un torrente que te golpea de forma incesante. La noticia de que nos íbamos a Ucrania. El ascensor. El pañuelo.

¿Estamos en Ucrania? ¿Y mi trabajo? ¿Mi casa? ¿Mi gato? ¿Me ha secuestrado?

Empiezo a hiperventilar por todas las preguntas que hay en mi cabeza sin respuesta. Me dejo caer en el suelo helado de la terraza, congelándome la zona interior de las piernas al instante. Mis lágrimas caen a borbotones. Noto el dolor en la cara por el frío, pero no importa. Lo que importa es que me han secuestrado y me han traído a Ucrania. ¡¡Ucrania!!

¿Por qué me tiene que pasar esto? ¿Por qué tienen que hacerme sufrir de esta manera cuando no he hecho nada malo nunca?

Todo siempre me sale mal. Ya tuve bastante con mi adolescencia como para ahora me pase esto. Sorbo mi nariz, hipando a causa de las lágrimas. Mi respiración se ha hecho más irregular, y mi labio inferior tiembla debido al frío.

Me levanto y me deslizo hasta el interior de la habitación. Cierro las puertas de la terraza y me dejo caer en uno de los asientos grises de la estancia. Recojo los pies y me los llevo al pecho, escondiendo mi cabeza entre ellos. Suelto sollozos de dolor y de tristeza. Ahora mismo siento impotencia, mezclado con miedo. Mucho miedo. Es un coctel de emociones.

Oigo un ruido en otra parte de la casa. Levanto la cabeza de mis piernas y me levanto con cuidado, posando mis pies descalzos sobre el suelo.

Otro tema es que estoy en bata de satén. Nada más que en el albornoz. Pienso matar a ese puto psicópata. Pienso matarlo y ver como se desangra hasta que su piel se convierta en color blanco.

Bajo el manillar, rezando para que no esté cerrado. Se abre. Suelto un suspiro de alivio y deslizo la puerta en silencio. No quiero hacer ruido y que venga a por mí. Ya he visto esto. Es un tío trastornado que a la mínima que le lleves la contraria te encierra en el desván sin comer durante una semana. Unas escaleras centrales gigantes quedan justo delante de la habitación. Alrededor de esta hay más puertas. Se escuchan varias voces de hombre en la planta principal. Una de ellas es la de Andrew. Lo reconozco al instante.

Capullo.

A medida que bajo las escaleras, las voces van diferenciándose más. También hay una mujer. ¿Ha permitido que ese loco me secuestre? Pero de qué coño va esta sociedad que ni entre nosotras nos ayudamos, aunqueQuizás ella también esté secuestrada. Si es así podríamos ayudarnos.

Pasión Prohibida © (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora