La heredera de fuego

4. Atrás del club

Sin importarme nada, lo agarré del cuello y lo pegué a mis labios.

Besarlo fue todo lo que esperé y mucho más.
Su beso era suave, pero a la vez demandante. No sabía cómo explicarlo, era como una mezcla perfectamente adictiva.

Me agarró de la cintura, lo que aproveché para sentarme a ahorcadas de él. Sin romper el beso deslicé mis dedos por su piel descubierta hasta sus abdominales.

Mordió mi labio con fuerza, lo que me hizo gemir.

—De saber que sería así, te hubiera besado el primer día.

Sonreí y me saqué la camisa oversize negra que cargaba para dormir, quedando en mi brasier negro de encaje.

Sí, estaba por tener sexo con un hombre al que había conocido hace dos días y que también me llevaba seis años de diferencia. Demándenme.

—¿Effy?.— escuché que tocaron la puerta

—Mierda.— maldije por lo bajo y miré a todos lados buscando una solución

—¡Un momento!— grité tratando de sonar casual

Me levanté del regazo de Jack y lo jalé hasta el clóset escondiéndolo mientras él sonreía divertido por la situación.

Cuando cerré la puerta del clóset, me puse mi camiseta de nuevo, traté de arreglar mi cabello y abrí la puerta.

—Dime, Alek.— sonreí

—Vine a dejarte esto.— alzó una caja con materiales de dibujo y la dejó sobre la cama.— Pensé que te gustaría.

Sonreí. Amaba pintar y dibujar, saqué eso de mi mamá.

—Gracias, tío.— lo abracé

Él me hizo retroceder tomándome por los hombros.

—¿Estás bien? Tienes los labios hinchados y estás toda roja.

El recuerdo de Jack besándome hace apenas unos segundos se hizo presente en mi mente y sentí mis mejillas arder.

—Eh si. Creo que el aire acondicionado no funciona bien.— rasqué mi cabeza

En eso se escuchó una risa venir del armario.

Mierda.

Alek alzó una ceja y caminó directamente hacia allá, abriendo la puerta de golpe y revelando al semidesnudo Jack.

—¿En serio, Effy?.— me miró.—Tu padre me mata si descubre que supe que había un chico en tu habitación.

Me encogí de hombros tratando de pasar como inocente.

—Tú, afuera y ni se te ocurra meterte aquí de nuevo.— tomó del hombro a Jack y lo empujó fuera.

El ojiazul me dio una mirada divertida antes de cruzar el umbral y yo me tiré a mi cama.

•••

Viernes por la noche

No sé qué diablos ponerme.

Había estado tan ocupada estos últimos días pensando en mi estadía en el cuartel y en Jack.

Jack... no había vuelto a mi habitación desde aquel día que Alek lo encontró. Apenas me lo había topado en los entrenamientos y cuando lo veía, esquivaba mi mirada. Le mandé un mensaje invitándolo al club esta noche por mi cumpleaños pero dudo que se aparezca.

Okay. Esto es ridículo. A este paso estaré en el club a las doce.

Tomé un vestido concho de vino con lentejuelas ajustado que me llegaba hasta la mitad de los muslos.