cuando la historia comenzó otra vez.

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Hoy, en una conocida ciudad llamada Nueva York.

Podría decirse que Liv quería mucho a Lester, quizás podría llegar a amarlo si es que se lo proponía

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Podría decirse que Liv quería mucho a Lester, quizás podría llegar a amarlo si es que se lo proponía. Él le pidió ser novios cuando la universidad llegó a su fin, porque era incapaz de pedírselo antes. Liv se enfrentaba a batallones con los profesores que hacían comentarios desagradables, y esto le asustaba a Lester de sobremanera, sin embargo, descubrió que Liv podía ser la chica más interesante del mundo. Y así, emprendieron su vida juntos en la Gran Manzana.

Lester era un hombre alto, su piel estaba beneficiada por los rayos de sol, y además tenía un excelente conocimiento del póker. Era un buen sujeto; solía leer cada artículo escrito por Liv en la revista Girlzen, aunque incluso tratasen de consejos para mantener cejas saludables y perfiladas.

Lester era, también, un hombre de negocios, estaba involucrado en relaciones públicas, por lo que cada mes desaparecía de Nueva York por una o dos semanas. Y un día como hoy, Liv aguardaba por su llegada en la comodidad del departamento que ambos compartían.

Liv sostenía una copa de champaña en su mano, mientras mantenía sus piernas estiradas en el sofá negro de terciopelo. Fue entonces cuando el picaporte de la puerta emitió un sonido y Lester apareció, sujetando cartas y papeles entre los dedos de una mano, mientras la otra estaba ocupada por su maleta.

—Nena, se acumuló el correo de toda la semana, ¿no lo revisaste?—inquirió él con voz fatigada. Liv se levantó del sofá y caminó hacia él, dejando la maleta a un lado para proseguir a llenarle la cara de besos—. Pueden ser correos importantes, Liv, tú lo sabes—continuó protestando.

—Ya, déjalo—masculló Liv, comenzando a besar su cuello.

—Mira, hay una carta de ofertas, un catálogo de esas revistas que te gustan y...—Lester sostuvo una carta en alto para leer con claridad el remitente—. ¿Un tal Harry Styles?

Liv pausó cada uno de sus movimientos, manteniendo una posición estática sobre el suelo, donde lo único que se movía era su pecho a causa de los desenfrenados latidos que su corazón había desencadenado.

—Damela—sentenció Liv al mismo tiempo que alzaba su mano para arrebatar la carta desde la mano de Lester, pero él esquivó su movimiento, llevando su mano mucho más arriba.

— ¿Por qué es tan importante?

— ¿Es una pregunta seria?—cuestionó Liv con incredulidad—. ¡Es el mismísimo Harry Styles!—insistió ella, pero ante la imagen de un Lester confundido y desconcertado, sólo logró exasperarse más—. ¿Mi mejor amigo? ¿Del que te hablo casi siempre?

𝐡𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐚𝐧𝐝 𝐥𝐢𝐯 ; 𝐡𝐬Where stories live. Discover now