4: Tus ojos son diferentes.

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Aviso: se nombra y se describe levemente la terapia electroshock.

Las horas pasaron lentas en aquella habitación llena de pacientes y monjas. La misma canción no paraba de sonar y sentía que mi cabeza iba a estallar. Echaba de menos las tardes en el invernadero en las que Misty ponía la misma canción de Stevie una y otra vez, jamás me atreví a pedirle otra propuesta musical ya que amaba ver cómo sonreía y bailaba al ritmo de la música.

Pero esa canción religiosa, en ese psiciatrico, lejos de Misty, me estaba matando lentamente.

"Dominique, nique, nique"

Empezé a tararear en voz baja, ya no sabía que hacer. Un cigarrillo colgaba de mis labios, no me gustaba fumar pero en esos momentos era lo único que lograba calmarme.

Derrepente alguien tocó mi hombro suavemente, sacándome de golpe de mis pensamientos. Incluso pude reconocer su tacto al instante, tal vez porque era la única que me trataba con un mínimo de respeto aquí.

— Hermana. —la mire apagando el cigarro.

— Lana, tienes que acompañarme—su mirada sería revolvió algo dentro de mi. Me levanté y la seguí por los largos pasillos, un silencio incómodo nos acompañaba.

— ¿Que es lo que pasa hermana? —me atreví por fin a preguntar.

— La hermana Jude me ha ordenado que la lleve hasta ella. —no parecía muy convencida con sus palabras pero lo deje ir.

Después de caminar, lo que para mí fueron horas por la presión y la intriga, llegamos a una puerta de metal. Parecía diferente a las demás.

— Hola Lana Banana. —Jude habló abriendo la puerta.— Se me ha ocurrido algo para ayudarte a superar tu homosexualidad. —mis ojos se abrieron de golpe.

¿Estoy aquí solo porque me gustan las mujeres? Lana realmente no merece esto.

Mire a Mary Eunice asustada, ella simplemente desvío su mirada hacia el suelo.

— No es algo que se pueda superar. —hable fuerte. Mis ojos se llenaron de lágrimas al pensar en Fiona. A ella nunca le habia importado mis gustos en el amor, es más, siempre me había respetado respecto a eso, era una de las pocas cosas que le agradecía. Y ahora verla así, verla así me mataba.

— Lana. —la hermana Mary Eunice habló a mí espalda, tratando de calmarme.

— ¡¿Que?! —Le grite agarrándola por los hombros, con cuidado de no hacerle daño. Realmente me sentía traicionada, al igual que con Nora. Me había llevado allí sin decirme lo que me esperaba.

Sus ojos me miraron tristes, fue la primera vez que la mire fijamente desde el día anterior. Faltaba algo, había algo que me hacía pensar que no era la misma.

— ¡Señorita Winters aléjese de la hermana! —el grito de Jude resono por todo el pasillo y antes de poder separarme dos guardias me agarraron fuertemente por los hombros.
— ¡Atarla!

Intente resistirme pero fue imposible, las lágrimas empezaron a escapar fuertemente de mis ojos al ver la máquina de electroshock. Había leído que usaban esos medios en los años 60 como "cura" para la homosexualidad.

— ¡No porfavor! ¡Ayuda, ayuda! —grite casi quedándome sin voz. Tratando de desatar el cuero que ahora me quemaba las muñecas. Con desesperación trate de usar mi magia, evidentemente no funcionó, Lana no era una bruja.

Mire al marco de la puerta, el clon de Misty aún estaba allí. Mirándome paralizada.

Derrepente sentí la primera descarga. Mi mente dejo de funcionar y un grito ahogado infló mis pulmones. Cerré fuertemente los ojos y ya no los volví a abrir, al menos no en el mismo sitio.

Me encontraba en el invernadero, regando mis preciadas plantas, cuando alguien entró.

— Buenos días señorita Cordelia. —mi respiración se paró. Era ella y sabía mi nombre.

— ¿Misty? —la mire con los ojos aguados.— ¿Eres tú de verdad? —añadí acercándome a ella, la envolví en un fuerte abrazo, la bruja del pantano no tardó en corresponderme, acariciando suavemente mi espalda para tranquilizarme.

— Si, soy yo. —subio hasta mi pelo y jugó un rato con el. Mi cabeza estaba enterrada en su hombro mientras dejaba escapar sollozos silenciosos.

— Pensaba que no te volvería a ver. —me aferre a su camiseta, por miedo a que desapareciera.— No me dejes nunca más porfavor.

— Delia, estoy aquí. No me voy a ninguna parte. —Misty me aparto suavemente del abrazo, acariciando mis mejillas con las palmas de sus manos.

— Te amo Misty Day. —Susurre mirando sus labios, nuestros rostros a pocos centímetros de distancia. Ya no aguantaba más tiempo sin decirlo, deseaba gritarlo a los cuatro vientos incluso si tal vez no era correspondido.

— Yo también te amo. —la cajun sonrió. Nuestros labios estaban apunto de conectarse, podía sentir su aliento.

— Lana. —la suave voz me despertó.

Me reincorpore rápidamente, con un fuerte dolor en mi cabeza y un corazón partido, todo había sido un sueño.

— Tranquila, todo está bien. Ya ha pasado todo. —mire a la hermana Mary Eunice la cual me intentaba tranquilizar mojando un paño en mi cabeza. — Dentro de unos días las marcas desaparecerán. —añadió tocando suavemente el costado lateral de mi frente.

— ¿Que haces aquí? ¿Donde estoy?

— Bueno alguien tiene que cuidarte después del tratamiento. Hay que vigilar si todo está bien contigo, los efectos secundarios pueden ser muy duros. —

¿Efectos secundarios? ¿No es suficiente ya haberme quemado el cerebro?

— ¿Cuantas horas llevo dormida? Me siento perdida. —mi cabeza ardía de dolor y mis ojos veían borroso.

— ¿Recuerdas tu nombre?

— Cor... Lana, Lana Winters. —Respondí mientras la miraba. Parecía tener una sonrisa en su rostro, una sonrisa diferente a todas las que le había visto alguna vez a Misty. Está era una sonrisa macabra.

— Te voy a cuidar muy bien, Lana Winters.

¿Que os está pareciendo de momento? Siento si este capítulo ha sido un poco aburrido, lo bueno llega en el próximo ;)

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¿Que os está pareciendo de momento? Siento si este capítulo ha sido un poco aburrido, lo bueno llega en el próximo ;)

Locked Out Of Heaven| FoxxayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora