Rechazada [Terminada]

Capítulo 1

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¿Quieres saber algo que nos hace estúpidos?, solemos juzgar mal a quienes no conocemos.

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Narra Edward

Me encontraba cazando al otro lado de la Isla Esme, Bella aun dormia cuando salí de la casa.

Este lugar era fantástico y la pantera negra que se cruzó en mi camino era un delicioso manjar, no dude ni por un segundo en lanzarme a ella, recibí un gran zarpazo que hizo trizas mi camisa pero no importo cuando logré clavarle los colmillos.

El líquido bajo por mi garganta logrando calmar un poco mi sed, había descuidado mi alimentación por estar constantemente con Bella.

Cuando termine me dispuse a buscar otra presa, aún la molestia en mi garganta no se iba, salte entre los árboles hasta llegar a la laguna de agua del otro día.

Me quite lo que quedaba de camisa y los pantalones, no traía zapatos, no los creía necesarios, solo los estropearía.

Me lance al agua, no sabía cuánto lo necesitaba hasta que mi cuerpo comenzó a relajarme.

Minutos después capte el aroma de una nueva presa, salí de agua y mire en todas direcciones hasta que lo encontré, camine hacia el árbol y eran dos cachorros de pantera, había matado a su madre, al parecer.

— Lo siento –les dije pero no podía volver el tiempo atrás y regresarselas.

Me aleje de ahí, realmente esperaba que sobrevivieran solos.

Regrese por mi pantalón y me dispuse a buscar por otro lado a una nueva presa.

Me encontré con algunas ardillas y conejos, aún tenia la opción de regresar por los cachorros de pantera pero decidí que solo perdería mi tiempo y no llegaría para antes de que Bella despertara.

Cuando termine de saciar mi sed decidí volver a la casa ya que Bella no tardaría en despertar, la llegar la escuche vomitar, me acerque a paso lento a la puerta del baño y di un pequeño toque.

— ¿Es posible? –me cuestionó pero la única verdad que sabía, era que lo que llevaba dentro de ella no podía ser nada bueno.

— Debemos volver, Carlisle te sacará esa cosa –dije y comencé a alistar las maletas, no estaba dispuesto a arriesgar su integridad por sabrá Dios que lleve dentro.

Todo paso tan rápido, ya estábamos en el aeropuerto para regresar a Forks, Bella se encontraba hablando con Rosalie por teléfono y pidiendo su apoyo.

Narra Bella

Cuando llegamos a Seattle Edward rentó un auto, al llegar a la casa Cullen todos de inmediato nos recibieron, pude ver la preocupación en sus ojos, Rosalie era la única que parecía emocionada.

— ¿Podrías revisarla? –le preguntó Edward a su padre.

— Si, vamos Bella, te revisaré.

Le asentí a mi suegro, al llegar a la biblioteca, pude ver como habían equipado el lugar con todo lo necesario para monitorearme.