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Una jovencita que se demostraba ser tímida pero muy juguetona y amigable cuando la conoces, llamada la buena onda entre todas sus amigas. Un cabello mediana entre rubio y castaño que brillaba con mucho fulgor cuando los rayos del sol chocaban contra este, de contextura y tamaño es normal como toda niña de su edad. 

El sol se iba ocultando dejando ver las sombras de las casas que cubrían las calles a medias y dejando ver el hermoso cielo cobrizo que se formo. Justo en esos momento Diana camina en el pavimento con dirección a su hogar con demasiado sudor en su frente, hace solo unos minutos había terminado su práctica de volleyball.

—. Santos michis .— paso la palma de su mano por su frente quitando el sudor que la invadía —. Llego, me acomodo, me baño y zas me duermo .— penso moviendo ligeramente su coleta de cabello —. 

A pasos rápidos, con cansancio y con un poco de agitación doblo a la izquierda para adentrarse a un callejón con paredes demacradas pero con un lindo jardín con pequeños arbolitos de por medio. 

Trago saliva en seco y camino mas rápido, completamente, esta corriendo sin razon alguna como si ya supiera que la estaban asechando. Ese callejón era reconocido porque por ahí andaban gente de mal vivir.

—. Para la próxima tomó la siguiente ruta .— susurro para ella misma relajando sus pasos tomando un suspiro pesado —.

Después de unos minutos de larga caminata, llegó a su destino, su hogar, verificando rápidamente con sus ojos marrones claros toda su vereda, vio el carro gris -abrió sus ojos sorprendida- de su padre, no sabia si correr o caminar despacio hacia su casa pero sus piernas decidieron por ella.

Toco con sus nudillos la puerta de fierro pero con vitrales en este, unos minutos después se fijo como se abría lentamente, dejando ver a su madre con una sonrisa haciéndose a un costado para que la menor pase a la casa. La castaña saludo a su madre subiendo los cinco escalones de la puerta principal para volver una puerta nuevamente dejando ver su sala.


.💚.


Afuera de un cuarto morado con toques de amarillo, se escucha leves quejidos y golpes, era la castaña en su amado cuarto quien estaba con el ceño fruncido alzando cada cosa en su cuarto. Se sentó de golpe en su cama dando un pequeño rebote, entrecerró sus ojos con frustración, llevaba diez minutos buscando su celular y no lo encontraba.

—. ¡Estoy segura que lo deje aca! .— hablo ella sola refiriéndose a su cuarto —.

Pasó la yema de sus dedos por su rostro presionando levemente, no era común que se frustrara o verla molesta, hasta se puede afirmar que casi nunca se la podía ver molesta. Levo sus brazos a su almohada, elevandola con fuerza y apretandola para luego tirarla en su lugar. Al lado de su cama se encontraba una mesita de noche y entre unas hojas se cubría algo en forma rectangular, algo que nunca vio la castaña por por estar tirando sus cosas de lado a lado

—. Y cuanto te apuesto que esta por mis ¡ojos! .— volteo bruscamente hacia su cama con dirección hacia su ventana —.

Un tick en su ojo se le hizo presente, apretó su puño y respiro calmadamente para volver hacer la misma acción pero con dirección hacia su mesita de noche que se encontraba a la izquierda de su cama, su expresión cambió totalmente a seriedad al ver un pequeño bulto entre las hojas.

Era llorar o reír, había desordenado todo su cuarto cuando su amado celular estaba ante sus ojos, reposando en total frialdad, camino y lo sacó de las hojas para pasarlo a sus manos llevando a su pecho para protegerlo de todo mal.

Always TogetherWhere stories live. Discover now