dos

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Felix estaba junto a su madre, cuando oyó a su padre gritarle a alguien. Odiaba que el hiciera eso, pero que podía esperar de un rey que amaba castigar a todo el mundo por lo que sea que hubiese hecho. Se acercó a la sala principal, viendo como su padre tomaba a Chan por su cuello.

─ ¡Dije que lo cuidaras y lo vieron caminando a mitad de la noche! ─ Felix estaba molesto en ese momento, pero al mismo tiempo preocupado, su madre sólo le murmuró que no se acercara y no hiciera nada. Pero él no iba a dejar que su padre tratase de esa forma a Chan.

─ Lo llevé de regreso a su habitación tan rápido como pude.─ Respondió Chan, aún con el agarre del hombre en su cuello. Felix se acercó, nunca había enfrentado a su padre por lo que en ese momento su corazón latía demasiado rápido. Su padre lo miró.

─ Suéltalo.─ Habló fuerte Felix, intentando que no se notara su miedo en ese momento, conocía lo suficiente a su padre como para saber el carácter que llegaba a tener ciertas veces. Lo soltó.─ Él estaba conmigo anoche cuando salí de mi habitación, estuvo siempre conmigo, debería, padre, verificar quien le da mi información.─ El hombre se quedó en silenció y vio a su hijo salir de allí.

─ Sal de aquí.─ El rey miró a Chan, quien le hizo caso y fue detrás de Felix. Después de todo ese era su trabajo.─ ¡Llamen a quien me dio esa maldita información errónea! ─ Gritó, haciendo que otros hombres fueran en busca de quien había hablado con el rey para darle esa noticia.

Chan vio a Felix entrar a su habitación, se acercó a la puerta y también entró. Felix se sobresaltó pero luego suspiró tranquilo al ver a Chan.

─ Gracias.─ Felix volvió a mirarlo y negó.

─ La última vez que alguien que no fueras tu cuido de mí estuve encerrado aquí tres días.─ Chan frunció el ceño ─ Además, es verdad todo eso.─ Se sentó en su cama y miró el suelo.

─ ¿Quién cuido de ti esos días? ─ Felix lo miró.─ Debo saber quién te cuidará cuando tu padre desee decirme que deba irme de aquí.

─ No lo sé, fue uno de esos guardias que tiene mi padre de confianza o algo así, no me interesa realmente saber su nombre.─ Chan asintió, conocía a ese hombre, siempre estaba detrás de Felix. Estaba seguro de que si no fuese porque él estaba con Felix ese hombre se hubiese aprovechado de él.

─ No dejaré que el vuelva a cuidar de ti, nunca.─ Salió de la habitación del príncipe, Felix miró la puerta cerrarse.

─ Espero que no...─ Murmuró para sí mismo, para luego levantarse de su lugar y mirar por la ventana del lugar. Le gustaría poder salir de allí, volver a ir al pueblo, como cuando era pequeño. Pero su padre siquiera lo dejaba estar solo.

El resto del día se basó en gritos de parte de su padre, al parecer había quitado de su cargo a ese hombre que había cuidado de él, como también al que le había dicho que en la noche había estado caminando solo por el castillo. Había decidido no salir de su habitación en lo que restaba del día, ¿Qué podría hacer allí? Siquiera podía bajar al jardín porque su padre lo consideraba peligroso. Y claramente su madre aceptaría lo que sea que su esposo dijera. Felix sabía que no había felicidad en ese castillo, no existía. Y odiaba eso, siempre esperó que al menos su madre compartiera algo de tiempo con él, pero eso nunca pasó.

Podría decir que conocía mucho mejor a las cocineras que a sus padres. Una de ellas tenía un hijo que estaba en el ejército de su padre, otra estaba allí ya que su esposo había fallecido y necesitaba trabajar para salir de las deudas que su esposo tenía con el rey, otra de ellas había estado allí desde que el rey era pequeño, por lo que era una de las más antiguas del lugar. Esas mujeres conocían más de Felix que su propia madre.

A veces su realidad lo golpeaba con la suficiente fuerza como para desear irse de allí, nadie lo conocía, nadie lo entendía y mucho menos lo quería. El afecto que recibía de sus padres no existía.

LOVERS  ,  chanlix ﹙✔﹚Where stories live. Discover now