Corazones En guerra (#1 Hijos de la Mafia)

17.

Selina:

—Pensé que habías olvidado a tu desfallecido padre.—Dice papá.

—No digas eso.—Le pido.

Papá sonríe.

—Solo es una broma, me quedan muchos años de vida.

Siempre quiero creer eso.

—Dime.. ¿Cómo te está yendo en tu matrimonio?

Las imágenes de anoche regresan a mi mente.

—¿Es posible que tenga un nieto pronto?

—Papá..

—De preferible hombre.

Alzo una ceja.—¿Qué tiene de malo de que sea mujer?

—Solo preferiría que fuera hombre.

—¿Lo mismo preferías conmigo?

—Si.

—¡Papá!

Él se ríe.

—Pero eso fue hasta que te tuve en mis brazos.—Responde.—Luego me enamore de ti.

Sonrio.

—Ahora dime.. ¿Tendré a mi nieto muy pronto?

—Acabo de casarme y ya quieres hacerme madre.

Papá sonríe.

—No hay nada de malo con ser padre, Selina.—Me asegura.—Es una bendición.

Pero no creo que lo sea, en un mundo como el nuestro, traer una familia al mundo es muy riesgoso.

—Selina..

Me giro y sonrio al ver a Angelo de pie, corro hacia él y lo rodeo con los brazos, el hace lo mismo.

—Puntal.

—Como siempre.

(*)

—¿Beau sabe que estoy aquí?

—No, no lo sabe.

—Selina...

—No es como si hiciera algo malo, vine a ver a mi padre y a mi mejor amigo.. ¿Por qué debe enfadarse?—Le pregunto.

Angelo niega con la cabeza.

—¿Cómo es que te ha dejado salir de la casa?

—No es una presión tampoco.

Me observa sorprendido y sonríe.—Creí que había dicho que vivir con Beau sería un prisión constante.. ¿Las cosas mejoraron? Por lo visto si para verte aquí.