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Closet

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Closet

-YoungMi y... ¡Chim!- La rubia te observó con recelo y luego fijó la mirada en su queridísimo ex novio, y ahora, amigo.- ¡Oh, vamos! Podemos girarla nuevamente, todos sabemos que hubiera seguido girando si Namjoon no la hubiese golpeado con su pie.- Acusó al castaño, mientras éste disimulaba una mueca ofensiva.

-Respeta las reglas del juego, Yuna.- Soltó en tono serio otro de los chicos que se encontraba reunido allí; Yoongi.

La chica mordisqueó su labio inferior, tratando de no armar un escandalo junto con sus berrinches allí mismo y asintió varias veces, cruzándose de brazos para luego murmurar un "Está bien".

El pelinegro se levantó de su lugar, extendiendo su mano, la cual rechazaste parándote por cuenta propia. Te encaminaste hasta el armario, y antes de que ambos pudieran entrar vendaron sus ojos para luego dejarlos completamente solos en la habitación.

Una vez dentro de este, sus cuerpos chocaron por el poco espacio que tenían, dejando sentir lo agitados que ambos estaban por sus respiraciones profundas.

Tomaste por los bordes su camisa blanca, ceñida a su tonificado torso y la desprendiste lentamente, deslizándola por sus fuertes brazos, quitándosela. Imaginaste su piel bronceada con aquellas características tintas tatuadas, y por inercia, diste un recorrido con tus manos desde su abdomen, hasta sus hombros.

Un suspiro entrecortado del chico chocó contra tu rostro y sentiste flaquear por un momento. Sacudiste la cabeza y volviste a lo tuyo; Afianzaste más el agarre para acercarlo y posar tus cálidos  labios contra su cuello.

Succionaste levemente la zona, para luego besar la parte rojiza, tratando de aliviarla. Park jadeó y se imaginó esos mismo tratos de tu boca, pero en su polla. Sintió el toque de tus manos pasearse nuevamente por su torso y frenarlas un poco más arriba del inicio de su jean.

-Joder, ¿por qué me haces esto?- Enrolló sus brazos en tus caderas, pegando su erección contra tu vientre.- Te gusto, ¿verdad?- Subió su diestra por tu espalda descubierta, hasta llegar a la fina tela del crop-top y volver a bajarla, aún con su otra mano enrollada a tu cintura.

-¿Y a ti te gusta joder los buenos momentos, verdad?- La ironía de tus palabras le sacó una carcajada ronca. Jodidamente excitante.

-Dime, YoungMi ¿Te han follado en un armario?- Acercó sus labios   húmedos a tu lóbulo y lo encerró entre sus dientes.- Porque voy a joderte tanto hasta hacerte lloriquear y pedir por más.- Acercó sus labios a los tuyos, en busca de un choque desesperado, por el cual no te hiciste esperar y le cediste.

El pelinegro bajó de un tirón tu falda, despojándote de ella. Tomó el elástico de tus bragas para guiarse y arrastrar sus dedos hasta dejarlos en tu centro, por arriba de la tela. Proporcionó varias caricias circulares en aquel sector, haciéndote gruñir en su boca.

-J-jimin... Ah.

El hilo que conectaba con sus bocas, se rompió cayendo por la comisura se tus labios cuando se separaron por completo. Aspiraste aire de una bocanada, tratando no gemir cuando los desdos del chico se encontraban realizando un delicioso vaivén.

Colocaste ambas manos en el pantalón de Jimin para poder desprenderlo y quitárselo, al igual que con sus bóxers. Enrollaste toda su longitud y comenzaste con movimientos rápidos, sintiendo como él se tensaba por completo.

-Mierda, no pares.- Volvió a juntar sus labios, para callar los ruidos que saldrían de su garganta. Aumentó el movimiento de sus dígitos, mientras que su pulgar acariciaba tu clítoris.

Agregó un tercer dedo, dejándote correr al cabo de uno minutos y manchar sus manos con tus flujos. Los llevó a su boca para lamerlos uno por uno.

Bajaste con tus besos desde su mentón hasta su pene, donde lo introduciste completo en tu boca, moviendo hacia delante y atrás tu cabeza. Joder, sabía delicioso.

Armó un coleta con tu pelo, aumentando la velocidad. Arqueó la cabeza, maldiciendo por lo bajo y apretando sus ojos fuertemente. Unas cuantas succiones de tu parte lo hicieron expulsar su líquido viscoso y blanquecino, el cual te tragaste.

Ambos volvieron a colocarse sus prendas y normalizar su respiración, para salir  nuevamente. Observaron a sus amigos, los cuales estaban expectantes de ustedes y su estado.

-¿Cómo la pasaste, Jimin?- Uno de los chicos lo observó con una sonrisa socarrona en sus labios, esperando respuesta del pelinegro.

-Pregúntale a YangMi, ella debió de haberla pasado mejor.- Jimin te señaló, sonriendo de costado.

-Eso quisieras, Chim.- Lo nombraste con aquel apodo ridículo que la rubia le había puesto, para luego guiñarle un ojo y salir de allí a paso lento.



















Me disculpo por los errores ortográficos

Jimin; Dirty ShotsWhere stories live. Discover now