Aquella noche se me hizo eterna, no pegué ojo en toda la noche. Mis padres llegaron muy tarde, más de lo normal. Sería el trabajo, les llevaba de cabeza. Al día siguiente no me podía levantar de la cama, me sentía ¡tan cansada!. Pero me tuve que levantar. Era martes y tenía que ir al instituto a las 09:00 h. porque a las 10:00 h. tenía que hablar con la directora. Le quería plantear mi marcha del instituto. Ya no quería segur estudiando. A veces pienso que no sirve para nada, aunque los padres son muy pesados con este tema. Siempre te sueltan la típica frase de "es tu futuro", "¿a qué te dedicarás el resto de tu vida, a mendigar?. En fin, el mismo sermón de siempre.
Durante todo el día mi cabeza estaba en otro sitio. Al prepararme el desayuno se me cayó el café encima de mi madre. Le dejé una buena mancha oscura en el traje blanco que llevaba. Se puso histérica.
- ¿Pero a ti qué te pasa?, ¿no has dormido bien y lo pagas conmigo? - preguntó mi madre enfadada.
A decir verdad, no se me cayó el café. Puede que hiciera un gesto con el brazo, que no salió bien, y le lanzara la taza entera a mi madre. ¡Yo sí que tenía motivos para estar de morros!. Ayer estuve al borde de la muerte por la distracción del joven del parque. Normal que le haya tirado el café a mi madre, no me lo iba a tirar a mí misma.
La discusión se quedó ahí, mi madre se cambió y marchó al trabajo. Yo me fui a la réunion con la directora. Mis padres no sabían nada. ¡Ni se imaginaban lo que tenía planeado! Llegué antes de las 09:00 h., con lo que tuve tiempo para desayunar tranquila en la cantina del instituto. No era muy grande y tampoco había mucha gente. Casi todos llegaban a la hora. Cuando se hicieron las diez estaba algo nerviosa, era la primera vez en mi vida que tomaba una decisión tan seria y loca. Si mi destino quería cambiar, tenía que hacerlo. Y así lo hice.
Entré en el despacho de la directora Randell. Ella siempre estaba como enfadada con el mundo, no sé qué le pasaría.
Me quedé flipando con su despacho. Paredes de mármol y el suelo de madera, era precioso. Randell se levantó de su silla y me invitó a sentarme.- Siéntate por favor - Dijo la directora impaciente y con tono amenazante.
- ¡Sí!, ahora mismo. Gracias - Respondí yo entusiasmada pero algo nerviosa.
- ¿Qué es "eso" tan importante que querías contarme? - Me preguntó mirándome fijamente a los ojos.
Yo estaba más nerviosa que cuando entré al despacho. Mis ojos se movían de izquierda a derecha y, sin pensármelo un segundo más, me atreví a responderle.
- ¡Nah!, que hace tiempo que no sabemos la una de la otra. - Respondí con un tono chulo. - ¿Qué es de su vida? - Pregunté en plan burlón.
Levantó la mirada hacia mí. Y hecha una auténtica furia se levantó de la silla. Yo estaba muy tranquila, mi plan estaba funcionando. De pronto tuvo la intención de hablar.
- ¡Largo de aquí! - Me gritó más que enfadada. - ¡Eres . . .! - Intentó decir algo más, pero me adelanté.
- ¿No te atreves a decirlo directora Randell? - Le corté yo. - Y, sí, soy igual que mi madre, si es lo que iba a decirme. - Continué diciéndole.
Su rostro cambió de un segundo a otro. Por poco tiempo pensé que me mataba ahí mismo, pero entonces le interrumpí de nuevo.
- ¡Que me largo tía! - Le solté sin ningún tipo de educación. - Y a ver si te arreglas un poco más, que venir al trabajo con ese pelo. . . - Continué contándole.
Me dijo algo.
- ¿Algún problema con mi pelo? - Me preguntó la directora Randell.
- Sí. - Le contesté bacilona. - ¡Que usted así parece que esté loca!, cualquier día te arrestan tronca. Así que ojo con cómo sales de casa y, cómo te comportas aquí con tus alumnos. - Le dije acercándome a la puerta del despacho. Abrí y me fui.
Ya no volví a pisar el insti nunca más. Era lo que más deseaba en el mundo. Bueno, no, eso no. Lo que más ilusión me hacía era volver a encontrarme con aquel joven apuesto del parque.
Cuando salí por la puerta del instituto sentí un alivio inmenso, la tranquilidad había llegado a mí. Mi vida empezaba a cambiar, pero para bien, claro.
Llegué antes de la hora de comer a casa, mis padres no estaba, como de costumbre. Tenía un hambre atroz, así que pillé un trozo de pan y me preparé un bocadillo de atún. Estaba delicioso. Seguidamente me senté en el sofá y me puse a ver mi telenovela favorita: "Pasión de Gavilanes".Pasó una hora desde que me acomodé en el sofá hasta que me levanté. Tenía que ir al parque de las ilusiones, cerciorarme de una cosa. Ideé un plan.

BINABASA MO ANG
RECUERDO
Teen FictionLlega un momento en la vida en el que parece que el tiempo se detenga. Conoces a alguien y te enamoras perdidamente de esa persona. Crees que es el amor de tu vida y, por una vez que sientes que todo va a salir bien, decides darte una oportunidad. ...