l⚘Inazuma Eleven [AU MEDIEVAL]⚘l

Capítulo 5

Antes de empezar:
Ootani Tsukushi es la gerente de pelo castaño, en el ares y orion.

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Asuto despertó alrededor de las Seis AM casi congelado por el clima mañanero, sintiéndose nostálgico por su hogar y lamentándo el hecho de que no estaba allí para su madre.

Él confiaba en la princesa Haruna, en que cuidaba a su madre mediante los médicos magos del país de la Primavera, creía que su tiempo incómodo trabajando y pasando frío valdría la pena para que ella viviera mejor y, quien sabe, hasta podría sanarse por completo.

Asuto se consideraba a si mismo un cobarde, un exagerado y débil. Sólo había pasado 2 días en el frío y ya estaba pensando en regresar.

_"¡Fuerza Asuto Inamori!, ¡Haces esto por tu madre!." Se regaño él dandose palmadas en ambas mejillas.

Se sentó en su cama forzando su determinación, colocándose sus botas congeladas aún y abrigando su cuerpo con un chaleco para terminar cuanto antes los encargos del lugar.

No sabría cuanto tiempo duraría la misión. Trabajar para evitar gastar dinero sería bueno.

Bajo las escaleras intentando no hacer ruido debido a la vieja madera. El cielo aún estaba azul y apenas se veía luz así que le fue difícil encontrar la cocina, pero una vez allí prendió una vela y comenzó a barrer, trapear y organizar todo para él día. Ordenar los canastos para la entrega del almuerzo, las verduras que necesitarían aproximadamente para las 30 entregas de ese día y después de estar listo en la cocina, siguió con las mesas del restaurante.

.....

Cuando la híbrida se levantó quedo gratamente sorprendida al ver que la tienda estaba reluciente y todo listo para el día. Eran las 11 AM, así que ya estaban en hora para comenzar a hacer los almuerzos de hoy.

Para su sorpresa Asuto y Tachimukai, uno de los ayudantes el cuál repartía las órdenes, ya estaban cocinando.

— Buenos días Ootani.— Saludó con familiaridad el menor.— Ya casi terminamos con Asuto.

— Bien. ¿Necesitan ayuda en algo?.

— Los pedidos de hoy están repartidos por la ciudad, ¿Podría ser que los repartas tu los del este?.

— Seguro.

Tsukushi y Tachimukai comenzaron a empacar tres carretas pequeñas en donde cabían 10 paquetes cada uno.

A continuación, salieron desde el callejón hacía la calle principal y se separaron.

Asuto corrió a la primera casa: una familia de 3. Tocó la puerta insistentemente hasta que un señor con un semblante amable lo atendió.

Intercambiaron unas palabras simples y Asuto recibió su pago.

A continuación, de forma muy conveniente, sus otros siete paquetes debían ser entregados en la misma dirección.

Algo perdido, intento hallar rápidamente la dirección para encontrarse con una casa bien parecida y una joven elegante esperando en la puerta con los brazos cruzados.

— ¡Disculpe!. ¿Usted ordenó 7 ordenes de...

— ¡Hasta que se digna a llegar!. ¡El tiempo es preciado!.

Dentro de la casa se escucharon una risas.

Entonces vio a varios soldados del fuego dentro de aquella casa.

Por eso eran tantas.

—¿Quiere que les sirva a dentro?.

—¿Por qué preguntas algo tan evidente?. ¡Pasa!.

—¿Pidieron algo dulce?.— Un chico de cabello rojo y un semblante indiferente se asomó por la puerta. Asuto sentía que le sonaba de algo. A pesar de no lucir peligroso para nada, su túnica negra y un cetro en su mano indicaba que era un mago.

Y cualquier mago con cetro tiene habilidades peligrosas.

.....

Recorrió el callejón arrastrando la mini carreta cansado antes de llegar a la puerta trasera en donde se encontraban los otros dos carros lo que significaba que Tachimukai y Tsukushi ya habían terminado sus entregas.

Asuto entró algo descolocado al restaurante donde Tsukushi hablaba con Tachimukai tranquilamente. Esta notó de inmediato la cara deformada del chico.

— ¿Sabes?. Había mucha gente del fuego reunida en una casa. Da mal rollo. — Habló primero Asuto.— Había un tipo en específico... Era pelirojo y vestía de negro.

— Si, lo he visto.— Compartió
Tsukushi — Escuche de era antiguamente de La balanza de ares.

— ¿En serio?. Con razón daba un poco de miedo.

Tachimukai pestaño unas cuantas veces alternando su atención entre Asuto y la castaña. Después de que nadie dijera nada, trago y se dispuso a hablar sobre su confusión.

— E-Esto... ¿Qué es la balanza de Ares?.

Ambos presentes lo miraron con desconcierto, habían pocas cosas que cruzaban todos los reinos: Las alzas de impuestos, las pestes, famosos magos y la balanza de ares.

— Era un programa que volvía a los magos más fuertes al precio de su salud y a veces su vida.— Explicó de pronto Atsuya, quien entró de pronto como si estuviera en su casa.— Después de el alboroto, los países Primavera y Naturaleza se encargaron de curar a los afectados.

Asuto no quiso voltearse.

No sabía que tan peligroso era engañar a gente que hacían cosas ilegales y tampoco quería saberlo.

— Asuto Inamori, ¿Verdad?. Se te olvidó pagarnos.

Atsuya se apoyó en la pared que Asuto miraba.

—Ups.

—Personalmente no estoy molesto, la cara de Kirino cuando se dio cuenta que no estabas fue muy divertida. Además a mi me pagan mas por rastrear.

— ¿Entraste por los muros?. ¿Si sabes que debes reportar las cosas que traes?.— Se quejó Tsukushi.

Tachimukai río con nerviosismo y se arrastró hacía la puerta.

—Si... Yo me voy... — Tachimukai salió de la habitación rápidamente.

Asuto se mordió el labio.

No quería que revisarán sus cosas porque parte de sus pertenencias que indicaban para quien trabajaba y certificaban sus habilidades para usarlas como mago incluso si nunca había entrenado como ellos.

Aparentemente debía mantener en secreto que la realeza le había entregado una licencia que le daba inmunidad diplomática a un principiante que jamás le habían enseñado las regulaciones básicas de la magia, una decisión que se consideraba negligente....

...O algo así le habían dicho. No entendió en su momento y mientras mas pensaba el porque, más le parecía ridículo o una excusa. Pero quién era él para cuestionar las deciciones de aquellos que gobernaban un reino de magnitud, pensó Asuto.

—Es que me dan miedo los guardias del fuego.

—Es justo.— Dijo Atsuya.— Entonces... ¿Le vas a pagar?.

—Si, seguro.

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¿Debería hacer un capítulo especial donde presentó a los personajes y habilidades?