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-________- siento que me zamarrean y me despierto asustada pero al ver a Joshua, el doctor que estaba tratando a Alec me tranquilizó, en parte, antes de que siquiera le pudiera preguntar por Alec el me responde- esta despierto, si quieres puedes pasar a verlo- sin dudarlo, voy prácticamente corriendo hacia donde Alec estaba.

Le había prometido no volver a mentirle, pero sabía que si le decía como Bianca prácticamente me tenía atada de manos y pies, el no me dejaría ir, y eso no era una opción. No tenía tiempo para pensar en que hacer o que plan idear, debía encontrar a mi hermano y acabar con todo esto de una vez por todas.

Al verme entrar me muestra una sonrisa débil y lagrimas se forman en mis ojos.

-Oh Alec- me acerco a el y tomó su mano y el la aprieta, sin sacar su débil sonrisa de su rostro- esto es mi culpa- mi voz se quiebra al decirle eso.

- No lo es- trata de tranquilizarme pero yo niego con mi cabeza- Bianca esta loca desde siempre...- lo interrumpo.

-¿Porque me mentiste y fuiste sin siquiera avisarme?- intenta levantarse pero no se lo permito, poniendo mi mano en su pecho- te amo Alec y no quiero que ella te haga mas daño del que ya te hizo- veo sus ojos cristalizarse y acaricio su mejilla algo rasposa por la barba que se había dejado- te amo- le repito y el cierra los ojos, dejando caer unas lagrimas.

- No pensé que tendría que estar en mi lecho de muerte para que me lo dijieras- me dice en un tono burlón, tratando de cortar el momento tenso y yo sonrió hacia el- yo también te amo ______, más que a nada en el mundo- me acerco hacia el y le doy un suave beso en sus labios, el me agarra del cuello para intensificar el beso pero no se lo permito, dándole un pico y separandome- tranquilizate, sigues débil- el suelta un suspiro y hace un puchero en mi dirección- hazme un lugar- le pido y el se mueve hacia un costado, dejándome algo de espacio, me acuesto a su lado y lo abrazo.

-No voy a permitir que te lastime a ti o a And..- lo interrumpo, poniendo un dedo en sus labios, haciendo que se calle.

- Se defenderme y defender a los míos, tengo el mejor maestro- lo miro y le dedico la mejor falsa sonrisa que le mostre en mi vida, y por suerte se la creyó.

-Vamos a idear un plan y lo encontraremos- intenta darme aliento y yo suelto un suspiro.

-Lo sé- lo abrazo- prometeme que nunca volverás a hacer una locura como esa- lo miro a los ojos y me pierdo en ellos, sin embargo escucho su respuesta.

- No puedo prometerte algo así, si se trata de alguien que amo....- lo interrumpo.

-Debes tener un plan y no dejar que tu impulsividad te gane- consejo que debería seguir yo misma- eres muy importante para mi Al, y me duele verte así, así que prometelo porque juro que sino..- me acerca rápidamente hacia el y me da un casto beso.

-Lo prometo mejillitas rosadas- ruedo los ojos por el apodo que me había dedicado.

- No sirves para ponerle apodos a las personas- me río y me acuesto suavemente a su lado, me le quedo viendo unos segundos y note como sus ojos se cerraban del cansancio.

-Debes descansar- le aconsejó mientras toco su pelo.

- No, debo ayudar con....- intenta volver a incorporarse y vuelvo a impedirselo.

-Casi te perdemos- exclamo dura- casi...- se quiebra mi voz, el intenta tocarme pero no se lo permito- así que deja de actuar de una manera tan terca y descansa por favor- se acomoda y me abraza.

《 Shadowhunters 》Alec Lightwood y Tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora