Tatuajes

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Ese día me desperté con el sonido del timbre de mi departamento, lo cual me indicó que era domingo, porque ese era el único día de la semana en que no ponía alarma para levantarme.

Así que me levanté sin camisa para ir a atender la puerta, no tenía nada que esconder, era mi departamento y era domingo, por lo que atendí con las peotes fachas que a alguien se le podría ocurrir. Y Jisung era quien estaba del otro lado de la puerta, con una bolsa plástica que indicaba que traía comida y una sonrisa que no se borró ni siquiera cuando recorrió mi cuerpo con los ojos.

Me sonrojé, pero igual lo dejé pasar a mi departamento, dejó la bolsa en la mesa de centro, se sentó en el sofá y me miró.

—¿Así me recibes a mí o es a todos?— la pregunta hizo que mis mejillas se sonrojaran más, así que le di un golpe en el hombro y Jisung rio. —Sé que no somos nada, pero no sé si debería o no ponerme celoso.

—Es domingo, Jisung— recalqué lo obvio, dándole otro golpe y luego me senté junto a él en el sofá—. Los domingos me importa una mierda quién esté del otro lado.

—¿Los demás días no?

—Los demás días me habría puesto una camiseta.

Jisung se rio, acercándose a la bolsa para poder sacar la comida de ahí, yo me acerqué también y revolví en el interior, viendo que era comida china.

Lo cual era irónico, un chino comiendo comida china en Corea del sur, maravilloso. Jisung continúo sacando la comida hasta que pareció notar algo en mi cadera, porque me picó la piel con su dedo índice, yo miré hacia donde señalaba y por ahí se asomaba un poco de tinta negra del tatuaje de mi cadera.

Sé que era bastante sorprendente el saber que alguien como yo tiene un tatuaje, pero es así y no me arrepiento de nada. De lo único que podría arrepentirme es de no habérmelo hecho antes, porque es un tatuaje muy hermoso.

—¿Qué es eso?— preguntó, picando nuevamente mi cadera, yo me reí.

—Un tatuaje, ¿Quieres ver?— Jisung asintió a mi pregunta como un niño chiquito, yo me volví a reír mientras bajaba un poco más el pantalón de mi pijama del lado derecho para mostrarle. —¿Ves? Dos comillas cerrando una frase.

Lo vi alejarse de mí como si yo tuviera peste o algo peor, fruncí el ceño y de inmediato iba a comenzar a reclamarle y a decirle un montón que cosas.

Las cuales, por cierto, murieron en mi boca porque él de apresuró a hablar.

—No me lo vas a creer— su voz estaba en un tono demasiado bajo para ser él, Jisung siempre estaba hablando alto a mi alrededor.

Fruncí el ceño, iba a acomodarme el pantalón, cuando Jisung me detuvo y esto también me pareció raro. Hasta que vi que él iba a subirse la manga de su brazo izquierdo.

Cabe aclarar que Jisung jamás se levantaba las mangas ni usaba manga corta, nunca se me ocurrió preguntarle porqué, no era algo que me pareciera relevante. Pero sí lo era, porque en cuanto él alzó su manga, solté un jadeo. El también tenía un tatuaje, en la muñeca.

Uno de comillas abriendo una frase.

—¿Qué mierda?— Jisung asintió, completamente de acuerdo con lo que yo acababa de decir.

Porque no tenía sentido, teníamos tatuajes de pareja que no habíamos planeado, ninguno de los dos sabía de esto hasta el día de hoy. Además, su tatuaje no estaba de manera vertical con las comillas viendo hacia el costado de su mano, no, él se lo había hecho en horizontal, con las comillas viendo hacia los dedos de su mano.

Como si las comillas abrieran una frase que no estaba en su mano, porque de hecho, después de mostrármelo, Jisung encajó su mano ahí donde estaba mi tatuaje y quedaba la forma perfecta de comillas abiertas y cerradas.

La frase empezaba en la mano de Jisung y terminaba en mi cadera. Así que decidí que era un buen momento para preguntarle por qué usaba manga larga, podría decirse que fue para ocultar el tatuaje, pero ¿Por qué querría él ocultar el tatuaje?

—Amo mi tatuaje— comenzó a explicarme con una ligera sonrisa—. Pero, por alguna razón, no quería que nadie lo viera.

—Yo me lo hice en esta área por lo mismo— comenté rápidamente, mostrándole mi tatuaje de nuevo—. Me gusta mucho, pero no quería que fuera fácil de ver. Quería que...

Alguien en específico lo viera— completó Jisung, con la boca tan abierta que pensé que se le iba a caer la mandíbula—. Tú querías que alguien lo viera primero, pero no sabías quién.

—Exacto, yo— me interrumpí para poder recordar la sensación que tuve aquel día, cuando decidí tatuarme. —no sabía por qué, pero quería hacerlo y tampoco quería que nadie más lo viera, era raro.

—¿Tus amigos saben que lo tienes?

—Sí, pero no saben qué es.

—Y me lo mostraste a mí como si nada.

—Sí— pasé saliva al entender lo que Jisung estaba insinuando con sus palabras—. ¿Te lo quería enseñar a ti primero?

—Creo que sí— Jisung se alborotó el cabello, no había prestado demasiada atención al hecho de que tenía salpicaduras de rubio. Pero ahora ya todo me tenía alerta—. ¿Cuándo te lo hiciste?

—Cuando tenía diecisiete— tomé una sudadera que estaba en el sofá de al lado y me la puse. —¿Y tú?

—A los quince— nos quedamos en silencio, procesando lo que estaba pasando—. No nos conocíamos, pero quisimos tatuarnos-

—Al mismo tiempo, sí— lo interrumpí y él se rio, porque sonaba increíble, sí se lo contáramos a alguien más nos llamarían locos.

Yo le seguí al poco rato, riéndome también y justo cuando las risas inundaron toda la habitación, un trueno resonó en todo el lugar y nos detuvimos, entonces Jisung se puso de pie y se asomó a la ventana.

—Está lloviendo— comentó con una pizca de asombro en su voz—. Y el sol está brillando en el cielo.

Comencé a reír y luego él también rio conmigo, porque era sinceramente muy gracioso todo lo que estaba pasando. Era demasiado extraño, pero ya estábamos acostumbrados.

Second life ➵ RenSungWhere stories live. Discover now