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Maratón 1/3



María

Emilio había llegado al día siguiente y tarde, así que yo me adelante y decidimos encontrarnos en la Boutique pues así sería más fácil la situación, debo admitir que los nervios me carcomian, la situación que estábamos pasando se volvía cada vez más tóxica pero me aferraba a la idea de que una vez unidos todo esto tomaría un camino distinto.

Él siempre había sido directo, amoroso, demasiado coqueto, incluso más de una vez me pidió que no lo dejara nunca, que estaba harto de eso y quizás tan solo quizás por eso no me permito que él se aleje completamente de mi, por que yo le tengo una promesa que no pienso romper.

La campana del local suena y una sonrisa se dibuja en mi rostro, pero de inmediato noto que no viene solo.

Joaquín está aquí, así que los miro a ambos y parecen notar mi desconcierto.

—Emilio me pidió ayuda, ya sabes, los trajes y todo eso, suficiente has tenido que lidiar tu sola —me guiña un ojo para luego saludarme con un beso en la mejilla, lidiar tu sola.

—Espero no te moleste —escucho a Emilio decir y volteo a verlo de inmediato, sonrió y niego.

—No, me parece bastante bien que confíes en Joaquín, y gracias —ahora me obligó a mirar a Joaquín—. Por favor, que sea un traje decente.

Suelta una carcajada la cual Emilio regresa de igual modo y no se por que de pronto siento que estorbo.

Que te tengo y no te tengo











[...]







Me encontraba con Joaquín en el gran probador, María había decidió que iba a esperar en la sala del local junto con Isabel, la dueña.

Una vez cruzamos a la zona de trajes, esmoquin, pantalones y todo eso, Joaquín no había parado de elegir uno tras otro, pensé que se iba a negar esta mañana cuando le dije que me acompañará, al contrario, se levantó entusiasmado con la idea y prácticamente me arrastró hasta aquí.

Mentiría si dijera que no se había excedido en eso de la ropa, deje de contar después de 30.

—Cariño —susurró muy cerca de su oído, pues se encuentra de espaldas buscando algúna cosa que haga falta.

—No me distraigas.

—Supongo que lo que elegiste esta perfecto, basta, necesito probarme todo.

Se gira sobre sus talones, me mira y suspira. Se muerde el labio.

—Entraré contigo al probador y no está en discusión.

—No pensaba oponerme.

Suelta una risita y me empuja juguetonamente.

—Elegí lo más sexy, ya sabes como me calienta verte con prendas que te quedan a moldeadas al cuerpo.

Con uno de mis brazos lo atraigo hacia mí y deposito un beso brusco en sus labios haciéndolo gemir un poco.

Yo ya entendí este cuento







[...]


Me comienzo a quitar la ropa poco a poco, Joaquín está sentado en uno de los sofá que adornan este probador, solo se ha sentado ahí a admirarme pero no dice nada.

Cuando por fin quedó en boxers se acerca con un conjunto, que si soy sincero conmigo, es el que más me ha gustado.

Me lo pruebo lentamente, me ayuda a ajustar la corbata, y posteriormente a colocarme el saco.

—Joaco... —rompo el silencio que se ha establecido entre nosotros después de aquel beso que se sintió diferente a los otros.

—¿Si?

—¿Qué pasa por tu cabeza ahora?

Me mira y sonríe, pero luego baja la cabeza, no me mantiene la mirada y me preocupo.

—¿Esto es demasiado para ti? Podemos dejarlo para otro día.

—Emilio no puedes dejarlo para otro día, tu boda está cerca y María está allá afuera.

Me mira por unos segundos para luego evaluarme con la mirada.

—Pará ser sinceros, este me ha gustado más. —dice después de haber acomodado alguna arruga que esté tuviera.

—Pienso lo mismo.

—Bueno, pues este será —puedo notar que tiene un conflicto—. Tengo que irme, no, puedo acompañarlos para los anillos.

—Yo te acompañó.

—Ya te he dicho que no.

—¿Por qué? —reclamo un poco molesto, quiero estar con él, pasar estos días con él.

—Tengo que hacer mis maletas, después de que te cases o tal vez antes me vaya con Eduardo.

—¿Qué? —cuestionó incrédulo.

—No pensaras que te esperare toda la vida Emilio ¿o si?

Pero ese clóset cerraste bien






[...]





—¿A donde irán por su luna de miel? —pregunta Isabel algo entusiasmada, Emilo ha demorado un poco con lo del traje, se me está haciendo tedioso pues la dueña del local no se ha callado en ningún momento y yo quiero salir corriendo de aquí ya.

—Todavía no lo sabemos.

—¿Por qué?

—Emilio quiere que sea una sorpresa —es lo primero que cruza por mí mente y eso parece tranquilizarla un poco.

—Que romántico.

—Lo sé.

Después de un tiempo pequeño por fin Emilio aparece, y en sus manos trae la elección.

—Listo, podemos irnos —anuncia con su voz demandante, asiento y hacemos el papeleo con Isabel, todo queda listo en unos segundos y nos despedimos lo más rápido posible. Una vez afuera del local no puedo evitar mirar a Joaquín.

—Bueno, ¿igual nos acompañaras para los anillos? —mi voz salió con todo menos amable, no pude evitarlo.

—No, de hecho ya me iba —contesta indeferente y siento como Emilio se tensa pues me tiene tomada de la mano.

—Ve con cuidado —es lo único que dice, y no se por que me da la impresión de que estos dos han peleado una vez más.

—Hasta pronto —Joaquín se despide pero no con el mismo entusiasmo con el que ingresó aquí, y de pronto vuelvo a sentir que sobro.

Y, esta noche, ¿lo abrirás con quién?






...
Quería compartirles mi felicidad de que Mario Bautista me siguio en Twitter y me felicito adelantado, no lo puedo creer. ❤️😭

Síganme allá, regalo por carpetas imágenes de los niños a base de dinámicas, estoy como @_eomxjbg_

Bueno, en otras noticias a esta historia sólo le faltan 2 capítulos más y ya.

Más tarde actualizo, va? Es que estoy haciendo, tarea y la verdad ya quiero terminar, es demasiada. ❤️😔

Las amo, ok?

Sodio [Emiliaco] Where stories live. Discover now