Ana Karen:
He pensado mucho en él. En Black. Desde la última carta que te envié he recordado lo feliz que era paseándolo y lo mucho que nos divertíamos jugando al avienta y atrapa.
¿Nunca te detienes a pensar en lo injusto que es que los corazones más nobles sean los más prontos en irse?
Black era noble. Y amoroso. Tenía un corazón de oro. Y era siempre leal.
Han pasado años, pero hay días en los que llego a casa y aún espero su bienvenida a lamidas.
Perdona el sentimentalismo. Es que hoy es de esos días.
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La chica que ama a los perros más que a sí misma
Short StoryA él le gusta ella, a ella le gustan los perros.