15.

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Alexa abrió los ojos con algo de pereza, acurrucandose aún más entre las sábanas.
Estaba demasiado cómoda como para levantarse.

Aún estando semi dormida -por decirlo así- sintió un peso a su lado que comenzó a moverse hasta tocar su cabello. Pero no de una manera suave, sino más bien estaba recibiendo tirones que la despertaron por completo.

–¡¿Qué cara...?!– cuando se dio la vuelta se trataba de Judith que al verla sonrió achinando sus ojos de manera adorable.– ¡Judith! ¿Qué haces aquí?

–No te levantabas así que pensé que así era la mejor opción.– volteó su cabeza para encontrarse con Carl riéndose de su situación, Alexa sólo lo fulminó con la mirada.

–¿En serio?– rodó los ojos para luego, como pudo, tomar a Judith en brazos, había olvidado su herida pero trató de ignorar el leve dolor.— ¿Te pareció divertido despertarme así, eh?

–Papá te hizo un desayuno.– ella levantó su cabeza al oír eso recordando que anoche había dormido con él, sintió que se sonrojaba.– Deja de mirarme y vamos. Vaga.

–¡¡Hey!!– chilló.– Ya voy.

Carl le sonrió y se retiró.
Alexa se quedó unos segundos más en la cama observando a Judith quien sólo le sonreía.

–¿Vamos?– le preguntó alzándola con su brazo sano.

Siempre le pareció que, desde un principio, le agradaba a Judith. Muy pocas veces lloraba estando con ella, y siempre conseguía hacerla dormir, o tal vez, sólo tenía suerte. Nunca fue de llevarse con los bebés pero, al parecer, con Judith, no es el caso, lo cual siempre le sorprendía.

Bajó las escaleras encontrándose con Rick a punto de irse.
Él al notar su presencia sonrió y se acercó.

–Buenos...– fue interrumpida por un beso en la mejilla, o mejor dicho, en la comisura de sus labios tomándola por sorpresa–... días.

–Debo irme ahora, habrá una pequeña reunión. Te hice el desayuno porque Denisse me dijo que debías alimentarte mejor así que... no hay excusas.

–Oh... okay, gracias.– dijo sonriendole.

–Parece que estás mejor de tu brazo.– dijo observandola a ella y luego a su hija.

–S-sí ya no duele tanto.

–En fin, nos vemos luego.– Rick besó la cabeza de Judith y se fue dejando a Alexa observando la puerta.

–¿Vas a quedarte ahí parada o me puedo comer tu desayuno?– la voz de Carl la despertó de su pequeño trance y fue casi corriendo a la cocina.

–Ni lo sueñes, Grimes.

[...]

Más tarde, vino Maggie a visitarla para contarle las últimas noticias.
Además de narrarle con detalle lo que pasó ayer por la noche en la reunión.
Al parecer, Rick se olvidó de contarle el detalle de que el hombre que lo salvó en un principio, Morgan, había aparecido en medio del todo el caos.

–Por cierto, ¿Beth supo lo de...?– la castaña asintió.

–Sé que está triste a pesar que fingió tomárselo bien, sé que se había encariñado.

–Sí.– murmuró.

–¿Y tú, cómo te sientes?– le preguntó Maggie cambiando de tema.

–Estoy mejor, ya no me duele nada, estoy perfecta para ayudar.– dijo intentando sonar lo más convincente.– Por favor Maggie, odio sentirme inútil.

–Ya, está bien, veré qué puedo hacer.– la de ojos verdes giró un poco su cabeza y al ver quien estaba allí comenzó a reírse.– Pero creo que cierta persona te tiene muy vigilada.

Trust | 𝗥𝗶𝗰𝗸Where stories live. Discover now