VEINTITRÉS

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La vida junto a Loki había resultado sencilla y apacible. Habían estado viviendo juntos durante cuatro años, sin sorpresas ni visitas alienígenas. Solo ellos dos, tratando de complementarse. Tara había logrado acostumbrase a vivir rodeada de la magia y a los hechizos de Loki, y el había aprendido de la vida mundana y como vivirla; Estaban lejos de ser una pareja normal, y aún peleaban habitualmente, pero ambos se esforzaban y cuidaban del otro. Loki solía salir a la calle usando una ilusión para evitar ser reconocido; aún tenía la creencia de que Los Vengadores no habían olvidado lo sucedido con los chitauri y Tara estaba de acuerdo con eso.

Jaque mate

Tara abrió la boca incrédula mientras Loki sonreía burlón. Ambos estaban en la sala, sentados sobre la alfombra jugando ajedrez en la mesa de centro.

— Esta es la tercera vez que te venzo mi amor — dijo Loki en tono divertido

— Acepto la derrota, pero jugaste demasiado sucio; Ponte una camisa y así dejarás de distraerme — dijo señalando el torso desnudo del Dios

Loki soltó una sonora carcajada pero Tara no bromeaba, había estado mirándolo todo el rato. Iba descalzo también y solo usaba unos pantalones negros a la cadera.

— ¿Quieres la revancha?

— Ojalá pudiera, pero debo irme. Necesito conseguir alguna fotografía o nota del tipo va por ahí columpiándose y pegándose por las paredes de la cuidad

Loki se levantó para después volver a sentarse junto a Tara, la tomó de las piernas y la acomodó sobre su regazo.

— ¿No puede hacerlo alguien más? — besó la coronilla de la chica

—No, es mi turno, nos distribuyeron horarios y días a todos para así cubrir más perímetro de Nueva York, de verdad no entiendo la obsesión de Jameson con ese chico

Loki besó el hombro de Tara y después dirigió sus besos por la clavícula y cuello de la chica

— Ni siquiera sabes si es un chico — murmuró contra su piel

— Aja — respondió Tara sin prestar atención, eso hizo reír al Dios

— Deberías parar Odinson, o no llegaré a tiempo — habló Tara en tono de advertencia

A pesar de la pésima relación que Loki mantenía con Odín; Había decidido conservar su apellido, al final de cuentas había crecido con el y estaba acostumbrado a oírlo.

— Muy bien mi reina— se separó — Ve a perseguir a ese loco del disfraz y cumple con la poco sana obsesión con los superhéroes de tu jefe

Tara río y dejó un casto beso en los labios del Dios y entró a la habitación para prepararse; Loki suspiró y desvió su atención a la reciente inquietud que lo asechaba, oír a Tara llamarlo por su nombre de pila le había recordado su antiguo hogar. No había ido a Asgard en años pero la aparente conexión que tenía con el mundo no había desaparecido y ahora le alertaba que algo no estaba bien.

No le había dicho nada Tara aún, y no lo haría hasta deshacerse de su preocupación o asegurarla.

***

Había solicitado que abrieran el Bifrost para el, pero aquel hombre que sujetaba con determinación la espada no era Heimdall.

— Huyó— dijo como si leyera sus pensamientos — El rey lo acusó de traición y Heimdall desapareció, el rey me asignó antes de desaparecer también, soy Skurge

Es no le parecía convincente — ¿El rey desapareció? — Loki se acercó y una de las mujeres que descansaba sobre las escaleras se apartó discretamente

— No hemos podido encontrarlo, ocurrió hace una semana pero el pueblo aún no lo sabe

Loki se rascó la mejilla suavemente bajo la atenta mirada de otra doncella — Llévame de vuelta a Midgard — ordenó

Skurge abrió el portal y Loki volvió al departamento, Tara aún dormía sin notar su ausencia, se metió a la cama y pegó la espalda de la chica a su pecho. No sabía la razón por la que Odín había desaparecido y tampoco sabía si Thor estaba en Asgard o no, hace un par de años Tara le había dicho que lo habían visto en Sokovia pero nada más.

Asgard no era su responsabilidad, no más. Solo debía velar por la seguridad de Tara. Pero sin un gobernante Asgard no tardaría en derrumbarse.

La idea llegó de repente y mientras Tara giraba y pasaba un brazo sobre su torso, sonrió, quizá no era la mejor opción, pero valía la pena intentarlo.

HEART; Loki LaufeysonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora