Niñas me mandaron para tal acción

314 29 22
                                    

—Estamos aquí reunidos hoy, para despedir a un gran pez; Legolas.

Saga portaba una caja de zapatos en sus manos, dentro de ella estaba el pequeño pez dorado. Milo yacía de rodillas, escarbando un hoyo con una pequeña pala.

Estaban a un lado de la casa de Géminis, ahí había un pequeño jardín, ese lugar sería el dónde Legolas descansaría eternamente. A Saga de le hacía más fácil echar el pez al inodoro, pero por las quejas de los niños, accedió -de mala gana-.

Una vez que el hoyo estuvo terminado, hicieron un ritual de despedida.

—Fue poco el tiempo que te conocimos, pero nuestro amor hacia ti se hizo inmenso. —murmuró Mu, en cuanto Saga le pasó la caja para que se despidiera. El pequeño carnero hizo lo mismo, y se la dio a Aioria.

—Jamás me perdonaré el haberte asesinado... Lo siento... —se la dio a Milo.

El pequeño escorpio abrió la boca varias veces, pero ninguna palabra salió de sus labios. Con lágrimas bajando por sus mejillas le dio la caja a Shaka, el cual tenía una venda en la cabeza (cortesía de su desmayo al ver sangre).

—Tu alma pura y limpia irá a los Elíseos. —dijo, suspiró y le dio la caja a Aldebarán.

—Descansa en paz. —fue lo que dijo el torito dorado, le entregó la caja al francés.

Camus en cuanto tuvo la caja en sus manos, dijo con voz indiferente;

—Que te quede claro, yo intente impedir tu asesinato, pero los brutos que tengo como compañeros no hacen caso. —en cuanto terminó su discurso, le tendió la caja al gemelo.

Saga suspiro y volvió a tomar la caja, sin perder tiempo se inclinó para depositarla en el hueco y terminar de una vez.

—¿No te vas a despedir de él? —cuestionó Aioria, limpiándose las lágrimas de sus mejillas y sorbiendo los mocos.

—Ya lo hice...

—Tu viviste con él, debes decirle algo... Expresar tu amor y tu sentir... —dijo Mu entre hipidos.

—Bien, bien... —Saga rodó sus ojos con fastidio —Legolas, fuiste un muy buen pez, no hacías ruido y lo único que hacías era nadar. Muchas veces fui yo quien te cambió el agua y lavo tu pecera, al igual que te di muchas veces de comer ¡Prácticamente fuiste más mío que de Kanon! Yo siempre estuve ahí para darte todo lo que necesitabas, así que tuviste una buena vida, aunque tu muerte fue horrible pero ¿qué diablos esperabas? —se encogió de hombros —Así es la vida de caprichosa, a veces buena a veces rosa... —y sin agregar nada más, comenzó a enterrar la caja.

—¡Noooo! —grito Milo con desesperación, se lanzó sobre Saga, jalando su brazo —¡No lo entierres, está vivoooo!

—¡Suéltame Milo! ¡Que me harás caer! —se apoyó en una mano para mantener equilibrio, pues Milo no dejaba de zarandearle con fuerza.

Camus y Aldebarán acudieron a su rescate, tomaron a Milo de ambos brazos y lo hicieron hacia atrás.

—Descansa en pez, descansa en peeez—comenzó a cantar Mu, con voz desentonada y aguda —¡DESCANSA EN PEEEEZ! ¡Yo siempre te recordareeee!

—¡NOOO! ¡LEGOLAAAAS! —Aioria cayó de rodillas y le arrebató la caja al gemelo, Shaka le abrazó con fuerza.

—Me uno a tu dolor, Leo...

—¡NO ME DUELE, ME QUEMA! ¡ME LASTIMA! —grito Milo, enterrando sus manos en la tierra las lágrimas y mocos empapaban su rostro.

—¡¿Legolas?! ¡¿Dónde estás Legolas?! Soy Aiorita, no haré travesuras. —el pequeño estrujo la caja entre sus brazos.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jan 15, 2022 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Malas decisionesWhere stories live. Discover now