1 - Comida de más

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Narra Hai.

Me había mudado a un departamento para ser independiente, muchas cosas cambiarían, aunque lo negara.

Durante esas semanas seguí con el ritmo de ir al gimnasio, ir por comida para preparar en casa y entretenerme con algo que no fuera para nada agobiante como lo fue mi vida escolar en el pasado. Veía a Ethan la mayoría de los días, pero solo para saludarlo, pero llegó un fin de semana y me dijo que iría de visita, entonces me animé a cocinar y preparar algo rico.

Esa mañana no fui al gimnasio, solo al supermercado, elegí hacer hamburguesas, uno de sus platillos favoritos, tenía mucho que yo no comía y me pareció buena idea. Cociné y me di cuenta de que tal vez no era lo peor en eso, pero me faltaba mucho, justo en unos minutos, ya estaba tocando la puerta, abrí.

- ¡Hola Hai, aquí duele delicioso! – Dijo Ethan antes de besar a su novio.

- Je, pues como notas, ese es el olor de las hamburguesas, hechas para ti – Le mencionó Haiden.

- Pues no tiene mucho que terminé mi ejercicio de hoy ¡Así que con mucho gusto comeré!

Me percaté de que más bien tenía mucha sed, tomó todo el jugo energizante y a la comida no le hacía nada, yo en realidad si estaba hambriento, así que comí con gran apetito. Habitualmente Ethan no pasaba de 2 hamburguesas y así fue, con ese último bocado estaba muy lleno. De mi parte, siempre ingería como una y media y el restante se lo daba a él, pero ahora terminé las dos, solté un eructo.

- Vaya, entonces tenías un poco más de hambre, Hay.

- Pues sí y tú solo estabas deshidratado, Ethan.

- Pero lo que yo me pregunto es ¿Por qué hiciste tantas? Todavía sobran.

- Pensé que de verdad tendrías muchísima hambre...

- Pues ya comprobamos que no, pero ¿Qué tal tú, te cabe otra?

Jugueteando accedí, él se sorprendió, pero finalmente acabé con una tercera hamburguesa.

Nos fuimos a recostar a la cama, pasó un rato y fue a mi alacena por unas frituras que tenía, las empezamos a comer los dos. Hubo un punto en el que dijo que su dieta le impedía seguir comiendo, yo solo le rebatí y bromeamos de ello, sin ver yo terminé con la bolsa grande completa. Ethan lo ignoró o simplemente no se dio cuenta, pero ya casi era noche y tenía que irse, yo lo acompañaría a la estación de autobuses.

- Buenas noches comelón, cocinas bien – Le decía Ethan mientras se subía al bus. Hai solo se despidió y no contestó.

Iba de regreso, cuando pensé que técnicamente aún no había cenado, volteé a los alrededores y el letrero luminoso de una cafetería, brillaba. Entré y pedí tres donas grandes que estaban en el aparador, no pensé en lo mucho que ya había comido, pero aun así en casa las devoré con gusto.

Más noche, en mi cama, sentía una gran molestiadel pantalón, liberé el broche y me sentí mejor, esa pancita inflamada nosoportaba la presión de mis jeans ajustados, me los quité para dormir y sobandomi abdomen con una muy linda sensación, entré en sueño. 


Aquí acaba otra parte más, muy prontito una nueva, no olviden de darle apoyo y nos vemos luego :).

Más gordo será mejorWhere stories live. Discover now