Los chicos de Chloe | PRÓXIMAMENTE EN FÍSICO

|Capítulo 20|

—¿Es un tatuaje? —preguntó tratando de ver, pero la oscuridad de la noche, no dejaba muy visible mi tatuaje.

Asentí, aún me faltaba el aire.

Bajo su mano de mi cintura, para luego buscar en su bolsillo...su móvil, rápidamente prendió la linterna de este e iluminó donde estaba mi tatuaje.

—¿Beautiful disaster? —indagó confundido.

Volví a asentir, pero esta vez, sonreí, al ver que él también sonreía.

—Me gusta —admitió, dejando su móvil de lado, para volver a besarme en donde se había detenido.

Pero, por alguna razón, mi mente hizo click.

Acabamos de besarnos como unos adolescentes hormonales.

No estaba bien, para nada bien.

Los chicos no podían enterarse, mierda.

Harvey se detuvo al verme quieta y me miró fijo a los ojos.

 —¿Quieres huir, cierto?

¿Cómo es que? ¿Por qué el? Por dios.

Debía salir de allí, o más bien de él.

 Me paré rápidamente y me aleje de la terraza, dejándolo allí, para luego encerrarme en mi habitación.

—¿Qué carajos hice? —murmuré.

¿Por qué con él? ¿Por qué?

 Ni siquiera pude llegar hasta mañana para arrepentirme, joder.

Pasaron minutos desde que me encerré en mi habitación, para acostarme en la cama y mirar el techo a oscuras.

De pronto se escucharon unos pasos, para luego escuchar la puerta principal abrirse y cerrarse, de seguro ese fue Harvey.

Estaba intentando dormir, para callar mis pensamientos, cuando la puerta de mi habitación se abrió y la luz se encendió: era Eros.

—Bonita ¿estás bien? —preguntó acercándose a la lámpara que se encontraba en una mesita y prenderla, para luego apagar la luz que iluminaba toda la habitación.  

No respondí. Sentía que en cualquier momento me largaria a llorar.

Dejé a Harry, casi beso a Eros y luego besé a Harvey.

 Me doy pena.

¡Doy vergüenza!

¿Por qué? ¿Por qué no puedo controlar mis sentimientos?

Eros se sentó a mi lado y me miraba con detenimiento.

—¿Harvey te molestó? —cuestionó con el ceño fruncido.

¿Por qué pregunta sobre Harvey? 

—No —dije casi inaudible.

—¿Y por qué te detuviste? —indagó arqueando una ceja.

¿Detenerme con qué? ¿Acaso sabe lo de recien? Oh, mierda.

—Me acordé de Harry —admití nerviosa, aunque en parte no era verdad, a la vez si lo era. 

—Ese idiota, no merece nada de ti —dijo a regañadientes.

Bufé.

—Terminé siendo igual que él, besando a cualquiera —dije con los ojos llorosos.

—¿Así que de eso se trata? —preguntó—. Escucha el te fue infiel, beso a su ex estando contigo. Tú no hiciste lo mismo, eres mejor que él. Besar a Harvey no significa ser una zorra, él es la zorra.

Sonreí, le dijo zorra a Harry.

—Chloe, eres mejor que él. Eres mejor que todos nosotros —dijo acariciando mi mejilla—. Pero, debo decirte algo. Es sobre un rumor...—lo miré confusa—. Desde la fiesta, hay muchos que se quieren acostar contigo. De seguro hay apuestas y esas mierdas que suelen hacer.

—¿Apuestas?—pregunté sentándome.

El asintió.

—Hay muchos comentarios de ese tipo en el perfil de instagram, solo te lo digo para que tengas cuidado.

—Está bien, Eros. No te preocupes —dije con una sonrisa fingida.

¿Harvey me habrá besado por una apuesta? 

—Harvey tiene razón en una cosa, no debes volver con la zorra de tu ex —dijo con una sonrisa.

Le sonreí y lo abracé por instinto.

—¿Puedo quedarme? Hace mucho no duermo con alguien, también me hace falta cariño, ¿sabes? —bromeó Eros.

Reí y le hice espacio en la cama.

El se recostó y luego me acomodó en su pecho. Su corazón estaba tranquilo, a diferencia del mío, admito que estaba un poco nerviosa por dormir así con él. 

 Pero solo es dormir ¿cierto? No significaba nada.

Recordar a Harry dolía como mierda y pensar que besé a Harvey me hacía sentirme como él. Un par de lágrimas se escurrieron por mis ojos y las sequé rápidamente.