16. Hogar

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ANTIGUA

El cuarto era estrecho y aparentaba ser cálido y acogedor pero no lo suficiente como para opacar el sentir de un inmenso vacío. Invadiendo gran parte del pequeño espacio estaba una amplia mesa donde libros y manuscritos se extendían por doquier. Un par de ojos ojerosos se posaban sin descanso sobre uno de ellos, la confusión solo lograba aumentar con cada nuevo escrito que leía, su pestañeo se iba volviendo más frecuente y frenético con el pasar del tiempo pero sus ojos seguían deslizándose por la curvada caligrafía que leía negándose a aceptar una nueva tregua.

-Sam -le llamó por enésima vez Gilly- debes descansar, mañana debemos partir temprano.

-Mañana aún no -afirmó él precipitadamente con voz débil sin levantar la vista del libro-. Quizás pasado mañana.

Entonces continuó leyendo por lo que no pudo notar nada más que la tinta seca formando frases que aún carecían de sentido para él.

"... y llegará un día en que las estrellas sangrarán y el aliento gélido descenderá sobre el mundo. En esa hora espantosa un guerrero sacará del fuego una espada llameante. Y esa espada será Dueña de Luz, la Espada Roja de los Héroes, y el que la esgrima será Azor Ahai renacido, y la oscuridad huirá a su paso."

Sam continuó leyendo. No levantaba la vista en ningún momento por lo que no pudo notar la decepción que reflejaban los ojos de Gilly ante su respuesta, ni sus lágrimas recorriendo sus mejillas así como tampoco sus puños apretados por la impotencia. Ni siquiera pudo percatarse del llanto de su hija, tan monótono ya como su misma lectura. La razón era que la vela permanecería prendida durante toda la noche, como todas y cada una de las noches pasadas.

Y las que están aún por venir -pensaba ella. Todos los días Sam le prometía que al siguiente día marcharían, pues debían encontrar a su hijo mayor, pero cuando el nuevo día se acercaba lo posponía al siguiente. Así sucedía siempre, día tras otro.

Ella no comprendía sus inquietudes, hasta había llegado a acusarle de no querer lo suficiente al pequeño Sam por no ser su hijo de sangre pero él tampoco podía decirle que la desaparición del niño estaba relacionada con sus búsquedas en los escritos.

Lo estaba intentando todo, pero últimamente por más que buscaba respuestas lo único que hallaba siempre eran más y más preguntas.

Tenía todos los libros necesarios sacados del lado oculto de la biblioteca de la Ciudadela pero las preguntas se acumulaban y las respuestas no llegaban. A veces sentía que el problema era él mismo y que no valía realmente para eso.

Unas veces, el dolor de su mejor amigo lo golpeaba fuertemente. Jon hizo tantas cosas por él, pero entonces cuando él más lo necesitó sólo sirvió como una pieza más en el camino a su declive.

Otras veces, la burla de los archimaestres se hacía presente en su mente en forma de risas enlatadas. Pero lo que más le dolía era que sus afirmaciones probablemente como antes no generarían nada más que más discordia y rechazo.

A la mañana siguiente se decidió al fin a dar el paso y explicar el motivo real en detalle de su presencia en la Ciudadela. Busco apoyo en el Archimaestre Ebrose, él ya lo sabía, hasta le había ayudado a documentar los hechos acontecidos hasta el nombramiento de Brandon Stark como Rey. No obstante, la buena sintonía que tenía con él una vez más no fue suficiente.

-El Rey de la Noche derribó el Muro con un dragón de hielo -dijo Ebrose repitiendo las palabras de Sam con voz neutral- su hueste era contada por más de cien miles pero al llegar al hogar milenario de los Stark, todos ellos se desvanecieron repentinamente al ser atravesado el cuerpo del Rey de la Noche con una daga de acero Valyrio. Entonces su poder resurgió en un cuervo, el Cuervo de los 3 Ojos, y ahora éste es el Rey de los Seis Reinos.

El retorno de Daenerys TargaryenTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang