Capítulo 33. «Culpable».

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No puede ser. Justin utilizó a Dylan para traerme como una tonta a su departamento, pero no, la bruta soy yo por no haberlo pensado un momento. El estaba frente a mí sin dejar de mirarme, estaba decaído y con un semblante tan deprimente, como si no hubiera dormido los últimos dos días. Lo lindo del caso es que yo aún sigo aquí y debería estar yéndome de este lugar.

—Yo me largo de aquí.—Dije dándome la vuelta pero Dylan me impidió el paso.

Suspiré frustrada, que bonito el plan de estos dos, no se puede negar que son mejores amigos hasta para engañar.

—Debby por favor quédate y solucionen sus problemas.

—Yo no tengo nada que solucionar, Dylan, por favor, déjame ir.

Intenté salir nuevamente pero su gran y musculoso cuerpo me lo impidió. Sentí unas manos tomar mi brazo y toda mi piel se volvió chinita, era su tacto, ese toque que me da una corriente eléctrica. Me di la vuelta y quedé nuevamente cara a cara con él.

—Suéltame.—exclamé con voz baja, su mano sosteniendo mi brazo me está volviendo loca.

—Debs...—Intentó hablar pero no quería escucharlo.

—¡Qué me sueltes!—Grité porque me soltara y sus ojos sorprendidos captaron la petición e inmediatamente me soltó.—Yo no tengo nada que hablar contigo.

Estrujó su cara totalmente desesperado y fijó su mirada en mí.

—Necesito que aclaremos nuestro mal entendido, por favor, Debs. No puedes permitir que pase otro día sin ti. ¿No ves que me estoy volviendo loco?—Gritó desesperado con los ojos rojos del enojo.

Negué con la cabeza con una risa irónica en mi voz, esto era el colmo.

—¿Quieres aclarar sobre lo que pasó el viernes en mi departamento con Cameron o lo de tu increíble beso con Jessica?

Sus ojos se abrieron de par en par.

—¿Qué?—Gritó la voz Dylan detrás de mí. Mierda, se me estaba olvidando que Dylan estaba aquí.

Justin sudó frío y negó varias veces la cabeza.

—Las cosas no son como crees.

—¿Entonces como son Justin?—Preguntó Dylan apretando la mandíbula.

Justin se acercó a Dylan dejándome detrás mientras lo sostenía de los hombros. Los ojos de Dylan irradiaban coraje y desesperación, está muy enamorado de Jessica.

—Te juro que te voy a explicar todo, Dylan pero nada es como lo estás pensando.—Le dijo con voz suave.—Después que termine con Debs, voy a hablarlo contigo, te lo prometo.

Dylan suspiró varias veces y asintió no muy convencido.

—Bien, voy a estar en el lobby, por si necesitan algo.

Justin volteó hacia mí y el silencio se hizo dueño del momento. Estoy respirando entrecortadamente, estoy desesperada, nerviosa, cansada, frustrada de todo esto, yo sólo quiero ser feliz. ¿Por qué es tan difícil? Justin se acercó a mí, no tan cerca, pero si lo bastante para ver el brillo de sus ojos, que ya no está, sus ojos parecen dos agujeros vacíos. Me estremecí y me sentí fatal.

—Por favor, sólo te pido que me escuches, sólo eso nena, déjame remediarlo, déjame explicarte, las cosas no son como piensas.

Ruedo los ojos.

—Está bien.

Suspiró con alivio y me guió hacia la enorme sala del departamento de Dylan. En la enorme mesa había una gran variedad de comida, velas aromáticas y románticas por los lados, las cortinas de la sala estaban cerradas, dandole al lugar un ambiente más cálido.

Ámame Sin Medidas #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora