Epílogo

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Eduard

Escuchaba el ruido del mar y la brisa tan calurosa que pegaba en mi piel. Me encontraba justo allí caminando a una distancia de más o menos veinte metros del mar, el lugar favorito de Lola. Nos quedamos en ver aquí después de ver clases, pero la verdad es que me ha adelantado veinte minutos antes para poder capturar algunas imágenes. El lugar me inspira y más me inspira saber que vuelvo a ser novio del amor de mi vida.

Muchas personas dicen y comentan, que no existe "el amor de la vida", que realmente buscamos dentro de muchas personas y siempre llegamos a la conclusión que es muy poco probable que de verdad nos enamoremos. Pero por mi parte, pienso que es un mito; es decir, tuve oportunidades, hasta tuve tiempo para recapacitar y darme cuenta que había más salidas en aquel laberinto, pero no dude siempre en ir por el mismo, encontrándome en el mismo lugar de siempre, de hecho, sintiéndome tan enamorado de Lola como siempre. No sé cómo pasó, pero desde que estoy pequeño y jugaba a ganarle en ser el mejor solamente para llamar su atención, me di cuenta que no había más persona que me hiciera más feliz, que solamente ella. Al ver sus ojos color claros, su cabellera larga de rubio castaño, su sonrisa de oreja a oreja y ese humor que la caracteriza, es lo que me hace sentir bien y no me hace nada más para ser feliz.

Me despego de mis pensamientos dándome cuenta que tengo una sonrisa de bobo en mi rostro, así que sonrío con más energía y tomo mi cámara para empezar a capturar los paisajes. Pero en eso una chica alocada e inesperada se atraviesa.

—¡Hola! —me saluda mientras me envuelve en un abrazo con tanta energía. Esa es Lola.

—Hola, linda. Pensé que vendrías más tarde —dije mientras me separo de ella y le deposito un beso en su mejilla. Enseguida Lola se sonroja, es tan tierna.

—Sabía que vendrías más temprano, te conozco...

—¿Me conoces? Que casualidad yo también me conozco —bromee para que soltara una carcajada, de esas que contagian.

—Siempre cuando tenía días tristes, venía aquí —me dice mientras empezamos a caminar hasta la orilla, su sonrisa se borra y sus ojos empiezan a colocarse cristalinos.

—De verdad lo siento, Lola. Pero creo que podemos mejorar eso —Lola me mira sonriendo forzadamente.

—Todavía me siento algo vacía. A veces, quería llamar la atención, burlarme de otras personas, querer ser una payasa, mientras que por dentro estaba muriendo poco a poco...  No sabía lo que tenía, pero este lugar me ayudó —dice mientras se sienta cuando llegamos a dos metros de la orilla. Lo hago igual y le tomo la mano.

Ella me mira mientras una lágrima rodea su mejilla, sonrío quitándole la lágrima.

—No eres una persona vacía, ¿Sabes por qué? —Lola niega con la cabeza—. Porque tienes una personalidad única y extraordinaria, la magia que hay dentro de mí, transforma mis días grises en coloridos, tu sonrisa hace que mi sonrisa aparezca. Y te quiero, eres importante para mí, así que nunca digas que estás sola o te sientes vacía, porque aquí estoy yo, estoy contigo y siempre lo estaré.

Lola me abraza fuertemente soltando un sollozo, la abrazo con más intensidad mientras una lágrima también se me escapa. Estoy bien si ella está bien, es la única persona que pudo sacarme de la amargura que me consumía, de la soledad que sentía y creo que es extraordinaria y no hay más nadie igual a ella.

—Te amo, Lola —le digo en el oído. Ella se separa para darme un corto y cálido beso en los labios mientras sonríe secando sus lágrimas.

—Y yo a ti, Edu.

¿Qué quieres hacer más tarde? —le pregunto acariciando su cabello mientras ambos vemos el mar.

—Aún es temprano para saber eso.

—Lo mismo pensé después que hice la pregunta —digo mientras me río, ella igual lo hace.

— ¡Estás loco por mí! —exclama entre las risas.

— ¿Cómo lo has adivinado? —ella deja de reír para sonreír con timidez.

—No quiero terminar más nunca contigo.

—Aún es temprano para saber eso —le dije bromeando, Lola arruga la frente.

— ¡Oye!

— ¡Es broma! Porque yo tampoco quiero terminar contigo.

— ¿Te parece si gritamos que nos amamos? —pregunta sonriendo con ilusión.

—Nunca había escuchado una idea tan genial —le respondo mientras ella sonríe con más ilusión, yo sonrío igual.

—Uno, dos... —la interrumpo.

— ¡Te amo Lola! —grito y ella se sorprende por lo que me imita.

— ¡Te amo Eduard!

Y así fue como pasamos una tarde en la playa, escuchando el ruido del mar, disfrutando de la brisa calurosa, jugando y haciendo retos locos. Pasando un día único con una chica única:

Lola, la de ojos claros.

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Nota de autor: ¡Chicos! El Epílogo ya está aqui para que los disfruten. Yo sé que es un poco corto y que no hay imagen en el capítulo, pero lo quise hacer delicado y muy romántico. No se preocupen que la historia cuenta con un CAPÍTULO MEGA ESPECIAL que lo publicaré el próximo miércoles. También contará con un capítulo extra que también es bastante especial, se darán cuenta de algo muy lindo y habrá una hermosa sorpresa. ¡Atentos!

Chicos, les quiero decir que por ahora no tengo pensando en subir el tercer libro de la saga, pero, no puedo decir que nunca pasará porque todo es posible. Esperemos como fluyen las cosas y les prometo que estaré avisándoles por aquí por Wattpad y por Instagram en mi usuario Nathsam24.

Sin más nada que decir, bye bye!✨ Y nos estamos leyendo.

Pd: también esperen hasta los agradecimientos, será el apartado lleno de amor para ustedes! Lo publicaré después del capítulo mega especial. Pendientes!✨

Lola, la de ojos claros [2] Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz