Diana Argent nació con un olor peculiar.
Un olor que atrae lo sobrenatural a ella como la luz a las polillas.
¿Que pasara cuando se mude a Beacon Hills?
Un pueblo donde lo sobrenatural es el pan de cada día
¿Podrán ella y su hermana Allison salir ad...
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Las clases habían terminado y Diana se iba a ir a Paris por las vacaciones para tratar de superar el dolor de la partida de su madre, toda su familia necesitaba ese respiro para reencontrase y volver a unirse, para sanar las heridas que Gerald causo.
-no quiero que te vayas ¿sabes cuanto tiempo espere para que fuéramos novios? Literalmente desde que estaba en el kínder-
-lo se Stiles y por eso creo que puedes esperarme unos meses más- responde Diana abrazando a su novio mientras caminaban hacia la casa de Stiles, ambos se detienen en la acera y Stiles voltea a ver a Diana
-de acuerdo, pero nada de salir con hombres franceses-
-ningún francés será mas guapo que tu Stiles- responde ella un poco melosa besando la barbilla de Stiles pues con su enana estatura a eso alcanzaba a llegar sin tener que ponerse de puntitas
-y tampoco nada... ¿crees que soy guapo? - pregunta poniéndose un poco rojo
-el mas guapo de todos- responde ella sonriendo divertida- ahora agáchate para que me beses- ordena haciendo reír a Stiles quien le hace caso y se dan un dulce y tierno beso
Siguieron caminando de la mano después de eso y Diana se permitió observar con atención su rostro, observando sus pequeños lunares por todos lados y estaba segura de que contarlos seria algo imposible, sus ojos de un lindo color marrón viéndose mas claro por culpa de los rayos del sol.
Luego su vista para en su escaso cabello, ella estaba segura de que si permitía que le creciera se volvería más irresistible de lo que ya es, luego observa sus labios quedándose ahí un rato, recordando el sabor y la textura de esos labios.
Al llegar a su casa y sin su padre en ella porque estaba en la comisaria, van a la habitación de Stiles donde Diana ya no lo resiste mas y lo besa con pasión, eran tantas las sensaciones que estaban recorriendo sus cuerpos, podían amar las caricias que ambos se estaban dando, Stiles en su cintura y Diana en el cuello de su novio y ambos no podían controlar el fuego tan fuerte que nacían de sus estómagos y que les pedía a gritos disfrutar mas el uno del otro.
Se separan un poco con la respiración agitada y uniendo sus frentes.
-déjate crecer el cabello- pide ella aun algo acelerada
-lo hare- promete él perdiéndose en el azul de los ojos de su chica- y tu promete que hablaremos todos los días- pide
-lo hare-
-dios, voy a extrañarte mucho...de verdad lo hare-
-y yo a ti Stiles-
-tengo algo para ti- dice él separándose de ella, yendo a su cajón y regresar con una pequeña cajita de terciopelo- ábrelo- pide dándosela y Diana curiosa lo abre encontrándose con un collar con punta de flecha
