4

12K 1.2K 673
                                    

______ Lodbrok

 —¿Así perdiste parte de tu pierna? —miré a mi esposo sorprendida y él asintió. 

Ya llevábamos gran parte de la noche charlando, nos encontrábamos en la cama matrimonial, la cual fue dividida por unas cuantas almohadas para respetar el espacio personal de cada uno. 

Cada pregunta que le hacia sobre sus costumbres y sobre los dragones, me las respondía de una forma bastante amable y trataba de que no se le escapara ningún detalle. Su relato sobre Chimuelo fue bastante extenso. 

 —Desperté y...sorpresa ¡una prótesis! —resumió con falso entusiasmo al decir lo último— Claro que tuve que hacerle muchos arreglos. 

 —Debo confesarte algo —lo miré, él confundido asintió esperando a que yo le confesara lo que debía decir— Lo único que sé cocinar es estofado y lo odio. 

Hiccup solo rió y asintió

 —Tranquila, en el comedor siempre hay comida y...si queremos comer acá...aprendemos a cocinar algo —riendo bajo me miró de una forma comprensiva— Bien, descansa. Mañana conocerás a Chimuelo. 

 —¿Qué? ¿Tu mejor amigo que es un dragón? —sorprendida lo miré pero él ya me daba la espalda y estaba acurrucado entre las mantas— Hiccup, va a matarme....y...¿Y si me come la pierna?

 —Te hago una prótesis —susurró en un tono somnoliento, ya se estaba quedando dormido. 

 —Eso no es para nada tranquilizador... —me acomodé en la cama también dándole la espalda— Buenas noches —susurré y cerré mis ojos. 

Todo iba bien hasta que comenzó a roncar. 

Me acomodé en la cama mirando el techo, aún podía escuchar como roncaba. 

 —Oye, Hiccup... —quité las almohadas del medio y me acerqué a él tocando su hombro.

 —¿Sí? —susurró somnoliento. Se talló los ojos mientras se sentaba en la cama— ¿Qué sucede?

 —Roncas un montón, por poco te confundo con un dragón —saqué una manta de la cama y una almohada, me puse de pie. 

 —¿Qué? espera ¿dormirás en otro lugar? —preguntó también saliendo de la cama— El sofá es bastante incómodo, no te lo recomiendo y....

 —Es para ti, disfruta del sofá —le di la manta y la almohada.

Dubitativo tomó las cosas que le ofrecía. 

 —...¿De verdad? —preguntó y bostezo. 

Me sentí mal por hacer eso, así que cerré la puerta. 

 —No, era una broma....—tomé su brazo haciéndolo volver a la cama. 

 —Perdón si ronco —susurro aún con sueño, se volvió a acomodar en la cama, esta vez abrazando la almohada.

 Lo miré unos segundos, se veía bastante tierno así. De igual manera, me acomode en la cama para lograr dormir. 

.

.

.

Hiccup Haddock

Al despertar, estaba solo yo en la cama. Tengo vagos y efímeros recuerdos sobre ella despertándome, creo que decía que roncaba.

¿Ronco cuándo duermo?

Sentí los pasos de mi esposa subiendo la escalera, la reconocía porque se escuchaban sus ligeros y delicados pasos hacia el cuarto, cuando llegó abrió la puerta.

Me sonreía de forma nerviosa y traía un vaso con agua.

 —¿Tenías sed? —pregunté tomando asiento en la cama.

 —Es tu desayuno...te hice el desayuno —señaló el vaso con agua con la ayuda de su otra mano.

 Me quedé en silencio un rato por lo gracioso que resultaba esta situación. 

 —Sí, se ve muy apetitoso. Justo se me antojaba un rico vaso de agua —asentía mientras hablaba, evitaba reír. 

 —Se lo daré a Chimuelo cuando lo conozca, seguro él aprecia mucho mejor el vasito con agua que preparé con mucho amor. Lástima que existan hombres con prótesis que se burlen de gestos tan bonitos —Fingiendo falso enfado y pena, mi esposa se bebió el contenido del vaso.

 —Te acabas de beber mi desayuno —vi como el vaso ta estaba vacio.

 —Tú no lo quisiste.

 —Nunca dije que no lo quería.

 —...Bien, ganaste. Puedo hacerte otro desayuno —mi esposa sonrió a la vez que alzaba las cejas.

 —Yo me prepararé el vasito de agua, tranquila —reí mientras salía de la cama— ¿Ronqué en la noche?

 —Sí, pero cuando abrazaste a la almohada dejaste de hacerlo —explicó mi esposa con brevedad— Ahora desayuna que quiero conocer a Chimuelo —entusiasmada salió del cuarto.

¿Abrazo la almohada cuando duermo? eso es bastante vergonzoso. Siento mis mejillas arder.

Suspiré y me cambié. Ya habían preparado esta cabaña con nuestras cosas puesto que sería nuestro nuevo hogar, para formar una familia y todo lo demás.

Luego de comer una manzana, salí de la casa. Mi esposa al parecer había salido antes. 

 —¿Qué tal todo? —Astrid se acercó a mi, se le notaba nerviosa. 

 —Ah...todo bien en realidad —sonreí para que no se preocupara por mi, no hacía falta que hiciera aquello.

Astrid suspiró con pesadez, abría su boca tratando de formular alguna oración pero nada salía.

 —¿Quieres hablar de algo? —pregunté con cierta confusión debido a su actuar. 

 —¡No lo soporto! No soporto verte casado con alguien que no conoces de nada —exclamó evitando mirarme.

 —Ah....no te preocupes por mi, te aseguro que estoy bien —respondí aún confundido.

 —¿Aún no lo entiendes?... —me miró, de sus ojos azules caían pequeñas lágrimas.

 —¿Qué debería entender? —me preocupe al verla así.

Astrid solo suspiró y luego negó. Se fue y no quise detenerla. 

¿Habrá sido importante?...




Tratado Nupcial  (Hiccup y Tú)Where stories live. Discover now