CAPÍTULO 25: Donovan.

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—Espero que sea la última vez que nos dejas en evidencia delante de todo el mundo, amigo.

Habló tan cerca de mi cara y tan bajito que noté el olor de su aliento: menta y tabaco. Buena combinación de buena mañana. Tampoco pude evitar reírme ante el énfasis que le puso a la palabra "amigo".

—Y yo espero que sea la última vez que le hagáis eso a una chica, amigo.

Le imité.

Noté cómo apretaba la mandíbula, aguantándose las ganas de darme un puñetazo y soltaba todo el aire que había contenido en los pulmones por la nariz, como si fuese un toro. Asentí con la cabeza victorioso ya que Jared no dijo nada más y me giré, viendo que mucha gente se había parado para observar el numerito que acabábamos de montar él y yo. Entre esa gente vi a Danielle y a sus amigas. Ésta estaba con los ojos como platos y apostaría lo que fuese a que el corazón le latía a mil por hora. Cuando nuestras miradas se encontraron ella agachó la cabeza, llevándose un mechón de pelo detrás de la oreja y empezó a hablar con sus amigas.

Suspiré de nuevo. ¿Algún día se acabaría esta jodida revolución?

Llegó la hora de comer y yo estaba ansioso de meterme algo de comida en el estómago. En la cola de la barra del comedor me encontré con Rooney. Le saludé con un choque de puños y después pedí mi sandwich de pollo con lechuga y tomate y mi bebida diaria. Rooney pidió su comida y cuando estuvo preparada nos fuimos a sentarnos en la mesa...

—Oye —le dije—. ¿Dónde nos sentamos?

—Pues con Jared y esos como siempre, ¿no?

—Ya bueno... es que creo que ya no somos tan amigos como antes. Podemos ir a la mesa de las animado...

—Está Jess. Creo que no es buena idea.

—Vamos tío, ¿aún le estás dando vueltas al tema?

Estábamos de pie en medio del comedor sin saber dónde sentar nuestros culos y hablando de un tema que era mejor hablar en privado. Teníamos que buscar un sitio. Al fondo de la cafetería vi una mesa donde no había nadie, así que cogí a Rooney por el brazo —haciendo que casi se comiese el suelo de morros— y me dirigí a aquella mesa.

—Por los pelos —dije.

Ambos nos sentamos y colocamos la comida en la mesa.

—Lo que te decía, Roon, no le des más vueltas. Yo no le diré nada a Jessica. Puedes estar tranquilo. Mira, no sé por qué dijiste eso en mi casa pero...

—Tú no, pero yo sí.

Alcé las cejas.

—¿Que tú sí qué?

Rooney suspiró y se pasó las manos por la cabeza. Se quitó las gafas y se apretó el puente de la nariz con los dedos. Después se las volvió a poner.

—A ver, ¿te acuerdas que Jess me estuvo buscando en la fiesta? —asentí pegándole un bocado a mi sandwich—. Bien, pues... antes de que ella se fuese me la encontré y estuvimos hablando un poco.

—Vale, ¿y?

—Pues... me puse nervioso y...

—Dime que no le dijiste lo que me dijiste en mi casa.

—No, pero... La cagué, porque se lo dejé entrever.

Cerré los ojos y me pasé las manos por la cara, suspirando. Negué con la cabeza repetidas veces y después volví a abrir los ojos y miré a mi amigo quién se estaba mordiendo una uña.

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⏰ Última actualización: Apr 13, 2020 ⏰

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