Gritos y disfraces

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Día 6

Halloween tocaba en cada puerta, la noche caía y los pequeños e incluso algunos adolescentes se desplazaban por las calles en busca de dulces, mientras Keigo y Enji caminaban de regreso a casa, solo que, una sorpresa les aguardaba, algo que realmente no se esperaban.

Al llegar, el primero en entrar había sido Hawks, al instante un fuerte grito se escuchó, el pelirrojo se apresuró a entrar y lo que vió lo dejo atónito, el suelo estaba lleno de sangre y habían pedazos de ¿¡Cerebro!?. En ese preciso momento buscó a Keigo por todos lados, pero no lo encontraba.

Un ruido lo alerto, miró a su alrededor, no había nadie, raro sí se lo preguntaban, cuando salió con el rubio, Shōto, Fuyumi y Natsuo estaban preparando dulces, disfraces e incluso algunas decoraciones para la casa, pero ahora, ninguno estaba, habían desaparecido, al igual que Hawks.

Continuo buscando al menor, no habían rastros de él por ningún lado, comenzaba a ponerse nervioso y más aún cuando comenzó a oír extraños sonidos, parecían ser gemidos, aunque no eran de placer, podría decirse que eran más bien de dolor o de llanto, decidió acercarse, se sobresaltó al ver pasar una sombra. Tomó aire y se preparó para atacar.

—¿Quién rayos anda ahí? —ocultando cualquier rastro de nerviosismo, hizo frente al desconocido.

—Pa-..., ¿Papá?..., ¿E-Eres tu? —escuchó una voz masculina, por su tono sabía que estaba en mal estado y además se trataba de uno de sus hijos.

—¿Nat-Natsuo? —preguntó algo sorprendido y se acercó a unos muebles, al parecer de ahí provenía esa voz.

—Papá..., A-Ayudame... —Enji miró al albino tirado en el suelo y se alertó al ver, lo que parecía ser sangre.

—¡Natsuo!, ¿¡Qué pasó!? —levantó la camisa del chico y se encontró con una gran y extraña herida. —Marcas de dientes, ¿¡Quién te hizo esto!?.

No era solo una mordida, el pelirrojo descubrió otras más, estaba asustado, confundido y muy preocupado.

—Ellos..., Lo hi-hicieron..., Son mu-muchos, Pa-... —el chico soltó un suspiro y lentamente cerró los ojos.

—Natsuo, ¿Natsuo? ¿¡Hey, Natsuo!? —las saladas lágrimas adornaron los ojos azules de Enji. —No..., Quien..., ¿Quién te hizo esto? ¿¡Quién demonios fue!?.

Varios ruidos lo impulsaron a ir a la cocina, vió una figura femenina, le pareció conocida, pero tenía algo raro y aunque estuviera de espaldas, Enji notaba lo extraño que era el ambiente. Observó su cabello albino maltratado, sus ropas estaban rotas y sangre brotaba de sus manos.

Era ella, su ex-mujer, estaba justo al frente de él. Sus ojos se abrieron en sus puntos máximos cuando esta se dió vuelta, su cara parecía estar derretida, sus ojos estaban en blanco y lo que quedaba de su boca, dejaba caer gotas de un líquido rojo, sangre, era posiblemente la sangre de su hijo.

—Tú..., ¿Qué de-... —fuertes pasos le interrumpieron, por reflejo se dió vuelta y se sorprendió aún más.

Delante de él, estaba aquel a quien consideraba su rival, casi su enemigo, All might en su forma musculosa, pero también estaba extraño, su cabello estaba desordenado, su traje destruido, su cara deformada y la sangre brotando de esta, tanto el rubio como la albina, soltaban gemidos raros, Enji estaba mareado, su cabeza daba vueltas, los gemidos hacían eco en su cabeza.

Lo que lo sacó de ese extraño ¿Trance? Fue su odio hacia el símbolo de la paz, recordó que este vivía opacándolo, por lo cual, en un ataque de ira, golpeo con fuerza el rostro del rubio musculoso, escuchando un chillido de dolor en el acto.

Se quedó estático, las luces se encendieron y todos los que estaban perdidos hicieron aparición, incluso Natsuo y Hawks estaban ahí, todos preocupados por el héroe número uno.

(...)

—Papá, ya te lo dijimos muchas veces, solo era una broma.

Repitió por enésima vez Fuyumi con un tono de cansancio, desde la broma que le habían gastado al pelirrojo este se negaba a decir una sola palabra.

—Es increíble que aún estando asustado, golpeara a All might —mencionó Shōto con su típico tono serio, aunque por dentro, contenía las ganas de soltar una fuerte carcajada.

—Y que lo digas —dijo Hawks con un tono de diversión.

En ese instante, una carcajada resonó en el lugar, el dueño de esa risa, era Enji Todoroki, quien con lágrimas en los ojos, aguantaba su estómago con sus manos.

—¿Eh, Papá? —Fuyumi lo miró con sorpresa, ver al pelirrojo riendo, no era algo de todos los días.

Esa noche, todos acordaron que en el próximo Halloween, invitarían a All might, le pedirían ayuda, con otra broma.

Que incluiría gritos y disfraces.

Fin

Debo admitir, que adoré esta idea, pero no se si supe plasmarla, aún así, aquí el sexto día.

Espero les haya gustado

Milky.

Week EndeHawksWhere stories live. Discover now