Me concentro en saborear los alimentos sumido en una tranquilidad amena, soy fanático de los silencios cómodos. Claro, eso solo ocurre en mis pensamientos pacifistas, ya que mi hermana no opina igual. Muy tranquilo estaba apunto de darle otro mordisco a la crujiente galleta, cuando siento un golpe en la pantorrilla, suelto un gruñidito' , pues la inconsciente de An, no repara en que lleva puestas unas botas.

—¿Qué está mal contigo, Anneli? Me ha dolido — Expreso viéndola con el ceño fruncido.

—Si no fueses tan tonto, no te haría nada, además, te quejas por todo —Amenaza con una papa frita —Benjamín pareces un jazmín — Se mofa riéndose,  inflo las mejillas haciendo un puchero.

—Molestas mucho — Digo sin mas. Vuelvo a comer de la galleta, cuando otra voz se une.

—Chicos, ¿Puedo sentarme con ustedes? — Cuestiona el moreno, del cual no sé su nombre.

—Por su puesto — Mi hermana es la primera en hablar —Anneli Korhonen, ¿Tú? — Esta niña, cómo le hará para ser tan desenvuelta...

—Puedes decirme Kam, muñeca — Le responde con una extraña voz, a la vez que le da un beso en la mejilla. Soy demasiado sobreprotector con ella, razón por la cuál me pongo en pie lo más rápido posible, rodeo los hombros de An, dejando la mayor distancia  entre ambos. Le miro con  los ojos entrecerrados, en cambio él parece aguantarse las ganas de reír. Enfoco a mi hermana, quién ríe a carcajadas. Le miro confuso.

—¿Celoso, hermano? — Sus ojos brillan con diversión, al caer en cuenta de como he actuado mis mejillas se ponen calientes. Carraspeo avergonzado dirigiendo la mirada al moreno, este tiene una sonrisa plantada en sus labios.

—E-es bueno conocerte — Menciono. Con premura vuelvo dónde estaba sentado. Al fijar la vista en An, noto su sonrisa genuina, no hay burla como suele hacerlo, me contagia su acción, porque de un momento a otro me veo sonriendo.

— Kun käyttäydyt niin suloisena, haluan suudella sinua monta kertaa /Cuando actúas tan dulce, quiero besarte muchas veces — El sonrojo que estaba disminuyendo se vuelve más intenso, al escuchar sus palabras dichas en Finés. No digo nada, solo miro mi jugo. Estoy muy incómodo.

An, al notar mi estado se dispuso llamar la atención de los chicos. Ellos reían ante las ocurrencias de la menor, ella es así, tan suelta e extrovertida.

De pronto le veo seria, juega con sus dedos y apreta sus labios.

—O-oye, Sean... Me preguntaba si... ¿Quisieras ir almorzar a nuestra casa? —Sus mejillas redondas se roborizan de una forma adorable, ella le mira atenta en espera de una respuesta. Sean parece sorprendido por la repentina invitación, por mi parte mantengo un rostro neutral.

Me lanza una mirada que parece esperar algo, al no ver respuesta suspira  antes de hablar —No creo que sea una buena idea.

—Bueno... Espero la próxima vez cambiar esa respuesta — La voz de An, es apagada — Chicos, les dejo, nos vemos luego — Se despide para marcharse con rapidez.

Al ver la expresión desilusionada de An, recuerdo las palabras de mamá, “Las personas a las cuales conocemos muy poco, y tenemos interés en saber de ellas, es bueno tener momentos para compartir entre si, conocer sus expresiones, pues estas hablan muy bien de ellas. Mostrar importancia a su persona, brindar cariño, apoyo y respeto”  Esa fue la respuesta que le dió cuando, Anneli le preguntó cómo hacer un amigo.

Mi hermana ayer comentó que le gustaría ser amiga de Sean, de hecho, estuvo todo el día hablando sobre él a nuestros padres. Les dijo que era un chico agradable, atento, divertido y respetuoso, estaba segura de ser un buen compañero de travesuras para ella. An, no se equivoca, por eso al pensar mucho en el tema decidí hablar.

Tierra de brujasWhere stories live. Discover now