El tiempo nunca jugó en contra de ellos dos, solo seguía su curso, indistinto de los errores de cada uno y sin detenerse a que al menos alguno de los dos abriera los ojos. ¿Lo habrían intentado? No sabemos, el tiempo lo dejó atrás.
Cosas del tiempo
El tiempo nunca jugó en contra de ellos dos, solo seguía su curso, indistinto de los errores de cada uno y sin detenerse a que al menos alguno de los dos abriera los ojos. ¿Lo habrían intentado? No sabemos, el tiempo lo dejó atrás.